El presidente ecuatoriano, Rafael Correa, va dando pasos para cumplir con las decisiones que los ciudadanos adoptaron en el referéndum del pasado siete de mayo. Tras decretar el estado de excepción de la Función Judicial para su reforma, ahora le ha tocado el turno a los casinos de juego del país. El mandatario ha dado un plazo de seis meses para que su cierre definitivo se haga efectivo. El presidente ecuatoriano, Rafael Correa, va dando pasos para cumplir con las decisiones que los ciudadanos adoptaron en el referéndum del pasado siete de mayo. Tras decretar el estado de excepción de la Función Judicial para su reforma, ahora le ha tocado el turno a los casinos de juego del país. El mandatario ha dado un plazo de seis meses para que su cierre definitivo se haga efectivo.
El decreto que hace efectivo el cierre de los casinos ha sido presentado por Correa, que lo firmó el pasado viernes. La pasada semana, la todavía ministra de Producción y futura embajadora ecuatoriana en EEUU, Nathalie Cely, presentaba un plan de choque para facilitar una salida laboral a los más de 3.000 trabajadores que se quedarán sin empleo.
La ordenanza firmada por el presidente Rafael Correa señala que esos establecimientos «tendrán el plazo máximo improrrogable» de seis meses, contados a partir de la publicación del texto en el registro oficial, «para el cese de sus actividades de negocio o comerciales y consiguiente cierre», informó AFP. El decreto también dispone la clausura inmediata de las salas de juego ilegales que funcionan con amparos constitucionales, y ofrece a los trabajadores que quedarán cesantes capacitación y facilidades para su reinserción laboral.
Unas 3.200 personas trabajan en los 32 casinos constituidos legalmente en Ecuador, donde la ley autoriza su funcionamiento solo en hoteles cinco estrellas, según la Asociación de Casinos y Bingos (Ascabi). Entre las medidas presentadas por Cely, se incluye la financiación de nuevos proyectos de tipo asociativo, que deberán llevarse a cabo por al menos cinco ex trabajadores de bingos, casinos y salas de juego, y que contarán con líneas de crédito de 15.000 dólares para la apertura de nuevos negocios.