Nadie quiere que le estalle una burbuja inmobiliaria en la cara como le ha sucedido a España. Por ese motivo, Rafael Correa, el presidente de Ecuador, ha decidido llevar una reforma hipotecaria a la Asamblea Nacional de su país. Nadie quiere que le estalle una burbuja inmobiliaria en la cara como le ha sucedido a España. Por ese motivo, Rafael Correa, el presidente de Ecuador, ha decidido llevar una reforma hipotecaria a la Asamblea Nacional de su país.
Correa desea que las clases medias y bajas que por diversos motivos no puedan estar al corriente de los pagos de sus deudas, que al entregar el inmueble se extingan todas las deudas con el banco.
Esta práctica es conocida en algunos lugares como dación en pago. Para evitar que los especuladores se aprovechen de esta ley, deberá ser la única vivienda familiar que se posea. Además, el importe máximo para que se aplique la norma será de 150.000 dólares ( 115.000 euros) por casa.
El mandatario ecuatoriano no quiere que suceda en su país lo mismo que les está pasando a muchos compatriotas suyos en España. Después de entregar la casa, todavía tienen que pagar la diferencia entre lo que pidieron y por lo que se vende en subasta para zanjar sus deudas con las entidades bancarias.
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