El Gobierno de Rafael Correa ha logrado un crédito de 571 millones de dólares para financiar la construcción de una central hidroeléctrica, la de Sopladora, que es considerada clave para la nación andina. La deuda con diferentes entidades del gigante asiático asciende ya a más de 7.200 millones de dólares. El Gobierno de Rafael Correa ha logrado un crédito de 571 millones de dólares para financiar la construcción de una central hidroeléctrica, la de Sopladora, que es considerada clave para la nación andina. La deuda con diferentes entidades del gigante asiático asciende ya a más de 7.200 millones de dólares.
El Gobierno de Ecuador ha vuelto a saltarse el veto de los mercados financieros gracias a un acuerdo con el banco chino Eximbank. En este caso, como ya hiciera en junio de la mano del Banco de Desarrollo de China, del que logró un crédito de 2.000 millones de dólares, el socio más pequeño de la OPEP va a poder cubrir con dinero asiático la inversión, cercana a los 672 millones de dólares, que necesita para la finalización del proyecto Sopladora.
Ubicado entre las provincias de Azuay y Morona Santiago, aportará 487,8 megavatios (MW) al sistema eléctrico del país. La construcción de la represa se inició en abril y se prevé que se encuentre operativa para 2015. Forma parte de plan de Rafael Correa para construir ocho centrales hidroeléctricas que alimenten el consumo energético del país.
Después de que el país andino declarase una moratoria sobre su deuda en 2008, el Imperio del Centro se ha convertido en su principal acreedor. Con estos 571 millones recibidos de Eximbank, los créditos de diversas entidades chinas así como del propio Gobierno asiático de la mano del Banco de Desarrollo, ascienden a un total de 7.271 millones de dólares.
Se desconocen las condiciones del nuevo crédito, pero es posible que ronden los del anterior, que tenía una tasa de interés del 6,9% y contaba con un periodo de gracia. Algunos analistas no ven con demasiados buenos ojos la facilidad con la que el país asiático otorga el dinero. Por el contrario, lo cierto es que el Gobierno de Rafael Correa, que no cuenta con la confianza de los mercados financieros, se vale de esta facilidad para sacar adelante sus proyectos sociales.
El dinero chino, que ha sido otorgado en forma de operaciones de compra de crudo con pago anticipado, financiamiento de una mega central hidroeléctrica y proyectos de inversión pública, ha facilitado a Correa saltarse las restricciones financieras. Ecuador declaró una moratoria sobre unos 3.200 millones de dólares de su deuda comercial en el 2008, para luego recomprarla a precios de mercado. Esto lo ha granjeado la desconfianza de estos mercados, a los que tiene muy difícil acudir para financiarse.
