La mandataria brasileña, Dilma Rousseff, ha salido ilesa una vez más de los casos de corrupción que han tenido lugar en su Gobierno. El ex presidente del país, Fernando Henrique Cardoso, ha culpado a su homólogo Lula da Silva de ser el causante de esta situación, excusando a la presidenta. La mandataria brasileña, Dilma Rousseff, ha salido ilesa una vez más de los casos de corrupción que han tenido lugar en su Gobierno. El ex presidente del país, Fernando Henrique Cardoso, ha culpado a su homólogo Lula da Silva de ser el causante de esta situación, excusando a la presidenta.
“La obsesión de Lula por hacer crecer el bloque de aliados en el Congreso, provocó que éste donara ciertas partes al Estado, y les facilitara a grupos políticos el acceso a recursos públicos”, ha asegurado Cardoso al diario brasileño O Estado de Sao Paulo.
Por tanto, según el ex mandatario del país, el objetivo de Rousseff debe ser “desmantelar las redes de corrupción que se crearon durante la segunda etapa de la administración de Lula -de 2007 a 2010-“.
“La actual presidenta deberá cambiar las bases de apoyo al gobierno, el interrogante está en si podrá llevar a cabo los cambios pertinentes”, agregó Cardoso.
De esta forma, una vez más la mandataria ha sido exculpada de los casos de corrupción que han inundado a su Gobierno en los últimos meses, en los que han dimitido seis de sus ministros. Su popularidad tampoco se ha visto afectada, ya que los ciudadanos consideran que Rousseff está actuando con ‘mano dura’.
La pasada semana, el exgobernante por el Partido de la Social Democracia Brasileña, ya señaló que la corrupción en su país es «un problema grave porque está muy disperso en el sistema político”, y que, «daba la impresión de que aceptar la corrupción se ha convertido en una condición para gobernar».
