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Brasil vuelve a subir tipos mientras México opta por mantenerlos

Bandera de Brasil

Los bancos centrales de ambos países han optado por el movimiento que según sus previsiones más ayudará a mantener la inflación a raya. A cierre del mes de julio, varios países latinoamericanos han revisado su política monetaria. Los últimos en decidir sobre tipos de interés han sido los bancos centrales de Brasil y México. Mientras que el primero ha optado por volver a subirlos para apreciar el real, desde el país azteca se ha apostado por la inmovilidad.

El Banco Central de México ha optado por mantener estable en el 3,0% el tipo de interés interbancario a un día, algo con lo que ya contaban los analistas. Además, el organismo monetario indicó que espera que la inflación se mantenga dentro de los márgenes que se barajan como manejables para el conjunto del año.

Por lo que se refiere a la cotización del peso mexicano en los mercados internacionales de divisas, la institución remarcó que sigue muy atenta su evolución ante el progresivo deterioro de las magnitudes macro del país. En este sentido, sí reconoció que una eventual depreciación de la moneda y las decisiones que la Reserva Federal estadounidense tome para el dólar podrían provocar variaciones en el escenario planteado para la evolución de precios al consumo.

Por su parte, el Banco Central del Brasil elevó la tasa de referencia del país desde el 13,75% hasta el 14,25%. De una sola tacada, medio punto porcentual que da lugar a la tasa más alta desde octubre del año 2006. Ha sido además la séptima subida consecutiva con el objetivo de frenar la galopante inflación que sufre el país amazónico por la imparable depreciación de su real.

La decisión fue unánime después de dos días de deliberaciones. El Comité de Política Monetaria (Copom) del ente emisor comunicó que ha tomado esta decisión “evaluando el escenario macroeconómico, las perspectivas para la inflación y el actual balance de riesgos”.

El Gobierno admitió recientemente que la inflación este año puede llegar al 9,0%, exactamente el doble de la meta del 4,5% que se había fijado el equipo de Dilma Rousseff. Incluso por encima del techo máximo de tolerancia del 6,5%. En los pronósticos gubernamentales sí que entra que de una expansión mínima del 0,01% de la economía de Brasil a cierre del año pasado se pase a un frenazo del 1,4% al término del presente ejercicio.

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