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Brasil sigue los pasos de China e internacionaliza su educación para lograr mayor innovación

En un contexto cada vez más global en el que la innovación y la formación han pasado a ser vectores básicos para el crecimiento de un país, Brasil ha anunciado la creación del programa «Ciencia sin Fronteras», a través del cual otorgará becas a 100.000 estudiantes para que cursen licenciaturas o doctorados en las universidades mejor valoradas del mundo. El gigante sudamericano presenta un incremento en el número de ingenieros insuficiente para abastecer su crecimiento, por lo que el programa busca adoptar el modelo chino de formación, por el que se facilita el aprendizaje de sus ciudadanos en el extranjero para después aplicar las innovaciones aprendidas al propio país. En un contexto cada vez más global en el que la innovación y la formación han pasado a ser vectores básicos para el crecimiento de un país, Brasil ha anunciado la creación del programa «Ciencia sin Fronteras», a través del cual otorgará becas a 100.000 estudiantes para que cursen licenciaturas o doctorados en las universidades mejor valoradas del mundo. El gigante sudamericano presenta un incremento en el número de ingenieros insuficiente para abastecer su crecimiento, por lo que el programa busca adoptar el modelo chino de formación, por el que se facilita el aprendizaje de sus ciudadanos en el extranjero para después aplicar las innovaciones aprendidas al propio país.

El anuncio lo ha realizado el ministro de Ciencia y Tecnología brasileño, Aloizio Mercadante, quien ha revelado además que 75.000 de las becas serán financiadas por el Estado, mientras que las 25.000 restantes quedarán bajo la financiación del sector privado. Mercadante señaló ante los medios que Brasil necesita seguirle el paso a países emergentes como India o China, especialistas en adaptar innovaciones y realizar avances en su gestión del capital humano. Una muestra de ello es que los licenciados en Humanidades y áereas afines han aumentado de forma exponencial en los últimos años, mientras que los ingenieros han crecido a un ritmo muy lento.

Naciones como China o India han hecho bandera de la internacionalización de la educación, un proceso que les permite disponer de ciudadanos nacionales educados en las mejores universidades del mundo, con lo que la innovación y el desarrollo de ideas son constantes en sus economías. Ahora, Brasil ha decidido seguir ese camino e intentar colocar estudiantes en centros de educación del extranjero para adaptarlos a los nuevos tiempos.

Los más escepticos ante el programa señalan que los licenciados y doctorandos en el extranjero pueden decidir no volver a Brasil, con lo que los recursos invertidos en su educación se habrían perdido. Sin embargo, el caso ejemplarizante de India y China ha sido más poderoso que la prudencia y Dilma Rousseff ha dado su aprobación a una política de internacionalización que ha tenido éxito en otros casos.

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