A pesar del pesimismo que sobrevuela la economía de Brasil, el país que preside Dilma Rousseff sigue siendo uno de los diez destinos más atractivos para invertir. A pesar del pesimismo que sobrevuela la economía de Brasil, el país que preside Dilma Rousseff sigue siendo uno de los diez destinos más atractivos para invertir. Las cifras oficiales se harán públicas el viernes, pero los inversores cuentan con que la zona mantenga las mismas cotas de inversiones extranjeras directas (IED) que en 2013.
El diario español El País se ha hecho eco de las observaciones de los analistas, por ejemplo de las de Luís Alfonso Lima, el director-presidente de la Sociedad Brasileña de Estudios de Empresas Transnacionales y Globalización Económica (Sobeet), que asegura el país cerrará el año con 63.000 millones de dólares en IED.
Las IED se caracterizan por ser inversiones extranjeras destinada s la creación, fusión o compra de unidades productivas nacionales, y también por operaciones internas entre las matrices exteriores y sus sucursales.
Otros economistas, como el jefe de Gradual Investimentos, André Perfeito, ha comentado que a pesar de que “Brasil tiene muchos problemas, la tendencia es a mejorar, las últimas acciones inspiran una mayor confianza en un país que suele ser capaz de resolver sus problemas macroeconómicos”.
Habla, sin duda, la reducción de la tasa de interés, que permitió que la inflación aumentara. Esa iniciativa fue una medida muy criticada por los opositores al Gobierno y por otros sectores de la sociedad brasileña. A pesar de ello, Brasil sigue siendo atractivo de cara a otros países emergentes. Aunque, según los analistas, ha llegado la hora de diversificar las inversiones y de mejorar su calidad.
