Los trascendentales avances de los opositores al dictador Muamar el Gadafi en Libia, que ya controlan Trípoli, la capital, ha despertado incertidumbre entre las empresas brasileñas presentes en el país africano por la posibles represalias que el cambio de Gobierno pudiera provocar. Sin embargo, el ministro de Relaciones Exteriores de Brasil, Antonio Patriota, ha querido lanzar un mensaje de confianza y ha asegurado tener información que prueba que los rebeldes libios respetarán los contratos que se firmaron con Gadafi. Los trascendentales avances de los opositores al dictador Muamar el Gadafi en Libia, que ya controlan Trípoli, la capital, ha despertado incertidumbre entre las empresas brasileñas presentes en el país africano por la posibles represalias que el cambio de Gobierno pudiera provocar. Sin embargo, el ministro de Relaciones Exteriores de Brasil, Antonio Patriota, ha querido lanzar un mensaje de confianza y ha asegurado tener información que prueba que los rebeldes libios respetarán los contratos que se firmaron con Gadafi.
El hecho de que Brasil se haya mostrado poco convencido con la intervención de la OTAN en Libia ha provocado que algunos empresarios sientan temor de que el más que posible cambio de Gobierno perjudique a las compañías que negociaron con el dictador. Patriota ha declarado, sin desvelar de dónde ha obtenido la información, que se le ha asegurado que eso no sucederá. Algunos medios han informado de que el ministro ha contactado con el Consejo Nacional de Transición (CNT) libio, formado por los rebeldes para manejar el cambio de Gobierno.
Brasil, junto a China y Rusia, se abstuvo de votar en el Consejo de Seguridad de la ONU a favor de la imposición de una zona de exclusión aérea en el país africano en marzo. Por ello, los tres países han mostrado preocupación por el destino de sus inversiones en Libia. Los rebeldes, sin embargo, han declarado que respetarán los contratos de empresas brasileñas como Odebrech y Petrobras.
