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Después de afirmar la pasada semana que no habría más subidas en los tipos de interés, hoy vuelve a abrir esa posibilidad

Brasil envía señales confusas respecto a su política monetaria

Banco Central de Brasil

El Banco Central de Brasil ha dado hoy una señal de que podría volver a subir los tipos de interés al señalar que “se mantendrá vigilante” en caso de que los pronósticos de la inflación se alejen significativamente de su objetivo. El Banco Central de Brasil ha dado hoy una señal de que podría volver a subir los tipos de interés al señalar que “se mantendrá vigilante” en caso de que los pronósticos de la inflación se alejen significativamente de su objetivo.

Una declaración que contrasta con las afirmaciones de la pasada semana en las que el Banco señalaba que los avances en su lucha contra la inflación que se contuvo hasta mediados de julio, a pesar de que la media anual se mantenía en el 9,25%, demostraban que la política monetaria iba en la dirección correcta.

Después de subir en esa misma semana la tasa interés en 50 puntos básicos, por séptima vez consecutiva, hasta llegar al 14,25%, la entidad indicó que había detenido el agresivo ciclo de endurecimiento monetario que ha llevado los tipos de interés a su máximo nivel en nueve años. En total, los tipos se han incrementado en 325 puntos básicos desde octubre.

No obstante, el Banco ha prometido reducir la inflación a la mitad para finales del año próximo, hasta el entorno del 4,5%, y, según los analistas, esto podría justificar estas nuevas declaraciones ya que la depreciación del real brasileño podría elevar de nuevo la inflación y en lo que va de año, el real se ha debilitado un 24% respecto al dólar.

Así lo parecen indicar los rendimientos en los futuros de las tasas de interés en Brasil que han registrado una subida generalizada este jueves, como señal de que los operadores del mercado ven una posibilidad mayor de que el banco central vuelva a subir las tasas de interés en septiembre.

Brasil se encuentra en una coyuntura complicada al enfrentarse a una inflación que duplica el objetivo del gobierno, pero también a la amenaza de la que sería su peor recesión en los últimos 25 años. La mayor economía de Latinoamérica está previsto que registre una recesión del 1,8% durante ese año, según el consenso de los analistas. Y aunque el crecimiento está previsto que regresa el año que viene, lo haría de manera casi imperceptible registrando tan sólo un incremento en la actividad de un 0,2%. Además, la caída en la recaudación ha deteriorado su situación fiscal que se encuentra a un solo paso de que su deuda caiga a la calificación de bono basura.

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