Bolivia ha anunciado por fin que este mismo año instalará una planta de producción de baterías de litio, uno de los minerales más abundantes en su territorio y cuya importancia internacional se ha disparado en los últimos años por su amplio uso en la industria tecnológica. El ministro de Minería boliviano, José Pimentel, ha hecho público el proyecto piloto, que tendrá un coste de 5 millones de dólares (3,4 millones de euros). Las autoridades bolivianas evalúan ahora a diversos candidatos a convertirse en socios estratégicos para la implementación del plan de construcción. El país lleva años a vueltas con el tema, que parece que finalmente comienza a concretarse. Bolivia ha anunciado por fin que este mismo año instalará una planta de producción de baterías de litio, uno de los minerales más abundantes en su territorio y cuya importancia internacional se ha disparado en los últimos años por su amplio uso en la industria tecnológica. El ministro de Minería boliviano, José Pimentel, ha hecho público el proyecto piloto, que tendrá un coste de 5 millones de dólares (3,4 millones de euros). Las autoridades bolivianas evalúan ahora a diversos candidatos a convertirse en socios estratégicos para la implementación del plan de construcción. El país lleva años a vueltas con el tema, que parece que finalmente comienza a concretarse.
«Hay países y empresas interesadas en convertirse en socios estratégico de Bolivia en este emprendimiento, lo que será evaluado con las autoridades», ha afirmado Pimentel en referencia a ese socio deseado. En ese sentido, a Bolivia le han surgido varias “novias” en los últimos tiempos.
Si bien Finlandia y Suiza se mantienen como candidatos, el presidente Evo Morales ha anunciado que la mejor colocada es China. Los tres países han hecho llegar al Ministerio de Minería boliviano sus propuestas para tratar el litio de las reservas del salar de Uyuni, en Potosí, pero parece que el gigante asiático ha convencido más a las autoridades del país sudamericano, que posee la mitad de las reservas mundiales de ese mineral.
También Brasil ha mostrado un interés muy acusado en participar de la industria relacionada con el mineral en Bolivia. De hecho, la brasileña Vale ya ha hecho público su interés “sobre todo en la industrialización de potasio y magnesio», relacionados con los salares de litio, tal y como señaló el embajador brasileño en Bolivia, Marcel Biato. Desde el año pasado, una representación de la compañía brasileña se encuentra en Bolivia tanteando el terreno, con la intención de hacer llegar su proyecto a Evo Morales. «Brasil tiene la intención muy firme de desarrollar los llamados autos híbridos», afirmó Biato, un sector que su país está “lanzando ya pensando en los mega-eventos que vamos a tener en Brasil: las olimpiadas y la copa de fútbol».
La importancia del litio es capital puesto que se prevé que en pocos años se convierta en básico en la fabricación de baterías y de componentes para los coches eléctricos. Por ello, la expectación es máxima en torno a quién será el elegido para colaborar con las autoridades bolivianas en su explotación. En una entrevista con el canal estatal Bolivia TV, Evo Morales señaló que «hemos evaluado y quien tienen más ventaja es China pero no se descartan Finlandia o Suiza».
El Estado boliviano se ocupará de las dos primeras fases de explotación e industrialización del litio, pero desea también que las baterías se fabriquen en su territorio nacional, y en es en ese punto en el que el país sudamericano necesita un socio, puesto que no dispone de los recursos tecnológicos ni financieros necesarios para ello.
Los expertos señalan que la decisión final oscilará entre la opción china o la finlandesa, a pesar de que la primera lleva ventaja. Finlandia acoge a la empresa Nokia, fabricante de móviles y con gran experiencia en el sector, mientras que China posee capacidad financiera, deseo de expansión e influencia y una política orientada a la gestión exterior y compra de materias primas.