La presidenta de Chile, Michelle Bachelet, firmó ayer el proyecto de ley de la reforma el régimen laboral, que lleva vigente desde la dictadura de Augusto Pinochet. El texto entrará para su tratamiento en el Congreso en los primeros días de enero. La presidenta de Chile, Michelle Bachelet, firmó ayer el proyecto de ley de la reforma el régimen laboral, que lleva vigente desde la dictadura de Augusto Pinochet. El texto entrará para su tratamiento en el Congreso en los primeros días de enero.
“Estamos saldando una deuda que teníamos con los traba¬jadores y trabajadoras de Chile”, aseguró la mandataria en el acto de presentación de la iniciativa, según informan varias agencias. “La agenda del gobierno tiene un solo norte, y es que los chilenos y chilenas accedan a un trabajo de mayor calidad. Cuando hablamos de calidad en el trabajo nos referimos a cosas muy concretas”, añadió.
La reforma incluye aspectos como el fin del reemplazo de trabajadores durante las huelgas, la ampliación de la negociación colectiva o el fortalecimiento de los sindicatos. Esta última iniciativa es el objetivo de las críticas de los empresarios y de la oposición, pues entienden que la norma no protege a todos los trabajadores, sino que lo hace es dar más poder a las centrales sindicales.
“Más que una reforma laboral, es una reforma sindical», apuntó el diputado opositor Patricio Melero, de la Unión Demócrata Independiente. Por su parte la presidenta de la Central Unitaria de Trabajadores (el sindicato CUT), Bárbara Figueroa, consideró el proyecto “un tremendo paso de igualdad social.
Los empresarios y la oposición critican además que la reforma laboral llegue en estos momentos de bajo ritmo de crecimiento económico, y apuntan que, con esta norma, tan solo crecerá un 1,7%.
