La música brasileña no es sólo un coto cerrado donde se explotan los ritmos autóctonos como el choro, la samba, la bossa nova o el baio. También hay espacio para grandes bandas de heavy, como los añorados Sepultura, o para el rocanrol más furioso y primario, como el que defienden Autoramas, por ejemplo. La música brasileña no es sólo un coto cerrado donde se explotan los ritmos autóctonos como el choro, la samba, la bossa nova o el baio. También hay espacio para grandes bandas de heavy, como los añorados Sepultura, o para el rocanrol más furioso y primario, como el que defienden Autoramas, por ejemplo.
Aunque, eso sí, entre los puntos fuertes que hacen de este trio una banda con estilo y sonido propi están asuntos, muchas veces olvidados en los países hispano parlantes, como el uso de su idioma natal que les aporta unas acentuaciones imposibles para los modelos anglosajones en boga, o, evidentemente, el aprecio a unas raíces musicales que, aunque también tiene su origen remoto en Africa, no son exactamente iguales que las de sus colegas de EEUU.