Al menos 4.500 kilómetros de terreno de la Amazonía brasileña, tres veces la ciudad de Sao Paulo, se han preparado para la quema a partir de julio, según un informe publicado este lunes por del Instituto de Investigación Ambiental de la Amazonía (IPAM), en colaboración con la Universidad de Sao Paulo y el Woods Hole Research Center de Massachusetts.
Los investigadores han detectado un área deforestada de al menos 4.500 kilómetros cuadrados de la Amazonía brasileña, «el equivalente a tres veces el municipio de Sao Paulo», que «está lista para arder».
La directora de Ciencia del IPAM, Ane Alencar, ha explicado que «el fuego es el siguiente paso en el proceso para convertir la selva en terreno de otro uso, como la ganadería». «Por eso, cuando vemos una gran deforestación en la Amazonía, la relación con el aumento de los puntos calientes es directa», ha dicho.
Alencar ha indicado que es lo que pasó en 2019, con los grandes incendios que arrasaron la Amazonía, y ha advertido de que, «si no se hace nada, es lo que veremos en 2020, ya que la tala sigue a buen ritmo».
El IPAM calcula que, «si el ritmo acelerado de la tala se mantiene en los próximos meses, casi 9.000 kilómetros cuadrados podrían quedar reducidos a cenizas, ya que la época intensa de tala y quema empieza ahora, con la llegada de la temporada seca en la región».
El autor principal del estudio científico, Paulo Moutinho, ha indicado que «impedir la tala y las quemas este año, además de una acción para proteger el medio ambiente, es también una medida de salud» en el contexto de la pandemia de coronavirus.
De acuerdo con los datos recabados en 2019, en los municipios cercanos a las zonas que más ardieron el año pasado en la Amazonía la contaminación del aire aumentó de media un 53 por ciento que en 2018.
Respirar este aire contaminado por los incendios amazónicos multiplica los enfermos respiratorios todos los años, pero este «podrían encontrarse las camas ocupadas por los infectados de coronavirus».
Brasil es el segundo país más afectado del mundo por el coronavirus, solo por detrás de Estados Unidos, con más de 690.000 y unas 36.500 víctimas mortales, por lo que una mayor demanda hospitalaria podría provocar el colapso del sistema sanitario. «Prevención es la palabra clave ahora», ha defendido Moutinho.
Así, el IPAM ha urgido a aumentar los controles en los cuatro estados que concentran la deforestación –Pará, con el 42 por ciento de los 4.5000 kilómetros cuadrados identificados; Mato Grosso, con el 23 por ciento; Rondonia, con el 13 por ciento; y Amazonas, con el diez por ciento.
Además, ha señalado a once regiones como «especialmente preocupantes» y que, por tanto, «deben ser consideradas prioritarias en las acciones de control, sobre todo en los planes del Gobierno federal, así como en los planes de atención sanitaria de los gobiernos estatales».
‘CAPITÁN MOTOSIERRA’
MapBiomas, una plataforma dedicada a vigilar el uso de la tierra, ha achacado el aumento de la deforestación a las políticas del Gobierno de Jair Bolsonaro, que pretende abrir la selva amazónica a la explotación industrial, por lo que el presidente brasileño se ha llegado a apodar el ‘capitán motosierra’.
«La deforestación es casi completamente un reflejo de las señales de política pública del Gobierno de Bolsonaro», que sugieren que «los actores ilegales no serán castigados», ha dicho el coordinador general de MapBiomas, Tasso Azevedo, a la agencia de noticias Bloomberg.
MapBiomas estima que la deforestación se ha acelerado al ritmo más rápido en 13 años. Bolsonaro reivindica la Amazonía, que alcanza a nueve países, como patrimonio brasileño y defiende su uso para el progreso del gigante suramericano, algo que lograron frenar las protestas del año pasado.
Sin embargo, según un vídeo de la reunión de Gobierno del 22 de mayo, que ha obligado a publicar el Tribunal Supremo, el Gobierno quiere aprovechar que la atención mediática está fijada en la pandemia de coronavirus para avanzar en sus planes de explotación de la Amazonía.
«Tenemos que hacer el esfuerzo ahora mientras está tranquilo en términos de cobertura de prensa, porque solo están hablando de la COVID-19», dijo el ministro de Mdio Ambiente, Ricardo Salles.
Así las cosas, el secretario de Medio Ambiente del estado de Amazonas, Eduardo Taveira, ha confesado a Bloomberg en una entrevista telefónica que le preocupa que los incendios de este año superen a los del pasado.
Azevedo ha puesto el énfasis en la prevención, argumentando que una vez que empieza el fuego es difícil detenerlo. «Las imágenes de helicópteros combatiendo incendios están bien, pero al final nunca funciona», ha subrayado.