El desempleo en Brasil cayó dos décimas de punto en el trimestre agosto-octubre, a 11,6%, gracias principalmente a un aumento del trabajo informal y del número de trabajadores por cuenta propia, según datos oficiales divulgados este viernes.
El agosto-octubre había 12,4 millones de brasileños en busca de trabajo, 200.000 menos que en julio-septiembre, precisó el instituto oficial de estadísticas IBGE, que realiza sus estudios sobre la base de trimestres móviles.
En agosto-octubre del año pasado, la tasa de desempleo era de 11,7%.
El índice de paro permanecía estancado en 11,8% desde el trimestre mayo-julio.
El desempleo en Brasil era de 6,5% a fines de 2014, pero dos años de recesión y tres de débil crecimiento dispararon la tasa, que no baja de los dos dígitos desde febrero de 2016.
En ese proceso también se disparó la informalidad, según los informes del IBGE, realizados por encuestadores enviados a miles de domicilios.
En agosto-octubre se registró un récord de 11,9 millones de trabajadores sin contrato en el sector privado, con un incremento de 100.000 respecto a julio-septiembre y de 280.000 (+2,4%) frente al mismo periodo del año pasado.
El número de «trabajadores por cuenta propia», una categoría en auge con la tercerización del trabajo, se mantuvo en su máximo histórico de 24,4 millones y tuvo un alza de 913.000 (+3,9%) respecto al mismo periodo de 2018.
El número de «desalentados» (personas que desistieron de buscar trabajo por falta de oportunidades) se situó en 4,6 millones, con una reducción de 100.000 respecto a julio-septiembre y de 217.000 (-4,5%) en comparación con el mismo lapso de 2018.
La tasa de desempleo «muestra una mejora evidente del mercado de trabajo (…) Sabemos que esa reducción viene a remolque del trabajo por cuenta propia, de los trabajadores sin contrato, o sea, de la informalidad. Eso ya está consolidado», afirmó la analista del IBGE Adriana Araújo Beringuy.
El gobierno del presidente Jair Bolsonaro lanzó desde su llegada al poder en enero un programa de ajustes fiscales y privatizaciones, con el fin de recuperar la confianza de los inversores como fórmula para dinamizar la mayor economía latinoamericana.
Pese a una aprobación de la reforma de las jubilaciones, los resultados se hacen esperar. Las expectativas del mercado son de un crecimiento económico de 0,99% para este año (por debajo del 1,1% de 2017 y 2018) y de 2,20% en 2020.
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