En los últimos años, el tenis ha tenido un crecimiento exponencial tanto a nivel deportivo como económico, gracias especialmente a los componentes del llamado “Big Three”. De esta manera, Roger Federer, Rafael Nadal y Novak Djokovic han batido todos los récords posibles, monopolizando los títulos en las grandes competiciones y llenando cualquier estadio en partidos oficiales y de exhibición.
Por lo tanto, el mundo del tenis profesional ha aprovechado esta oportunidad para expandirse hacia nuevos mercados, ampliando su calendario y organizando eventos deportivos que son cada vez más importantes en regiones como Asia o América Latina. En este contexto, es de extrañar que las licencias federativas estén descendiendo en países como España (una de las cunas del tenis a nivel europeo), tal y como indica el Consejo Superior de Deportes (CSD) en un informe donde se evaluaba la situación del sector en 2018.
Sin embargo, la razón de todo esto tiene que ver con el auge de un competidor directo, ya que el pádel se ha asentado como una de las principales alternativas dentro de los deportes de raqueta. Así, el tenis no puede acomodarse en la tendencia de estas últimas temporadas, por lo que está obligado a seguir diversificándose y a apostar sin reparos por los relevos generacionales.
Los componentes del “Big Three”, entre los deportistas mejores pagados del momento
De este modo, merece la pena señalar que la ATP (Asociación de Tenistas Profesionales) debe empezar a abordar su futuro inmediato sin el “Big Three”, debido a que sus componentes atraviesan por la etapa final de su carrera deportiva. Eso sí, siguen situándose entre los deportistas mejor pagados del momento, al mismo tiempo que son los favoritos indiscutibles en todas las apuestas de tenis de bet365.
Por consiguiente, tan solo hay que echar un vistazo a los próximos Grand Slams para darse cuenta de la superioridad que mantienen respecto a sus perseguidores, aunque cada vez les cuesta más imponerse ante una “Next Gen” que busca su espacio en los principales torneos. Un ejemplo de ello es Dominic Thiem, que ya ha llegado a dos finales consecutivas en el Open de Francia, aunque cayó derrotado ante Nadal en ambas ocasiones.
La tecnología se convierte en un factor imprescindible durante todo este proceso
Finalmente, no podemos pasar por alto que la tecnología se convierte en uno de los motores principales a la hora de impulsar el crecimiento en el mundo del tenis, algo que ya se ha ido implantando a nivel deportivo, pero cuyas oportunidades deben utilizarse todavía más dentro del modelo de negocio. De hecho, durante la última final de la Copa Davis, que se celebró en Madrid durante el pasado mes de noviembre, se pudo observar la importancia de aplicaciones estadísticas que elaboraban perfiles de jugadores.
Así, el próximo objetivo del tenis reside en continuar su expansión como referente económico, consiguiendo una amplia cobertura mediática en todos los países y manteniendo la afluencia a sus principales eventos. Gracias a ello, se mantendrá como uno de los pilares de la industria del ocio y el entretenimiento.
