Una iniciativa cultural se abre paso entre los pasillos de las plazas de mercado de Bogotá, pese a la pandemia de covid-19, para llevar arte a niños entre los 0 y 5 años de edad que habitan o transitan esos lugares, a donde llegan a diario con sus padres para surtir y vender los alimentos que son consumidos por miles de familias en esta ciudad.
La iniciativa, llamada Nidos en la Plaza, es desarrollada por el Instituto Distrital de las Artes (Idartes), de Bogotá, y el Instituto para la Economía Social (IPES), y ya ha beneficiado a 39 niños en el marco de un plan piloto que espera continuar en los años venideros de forma periódica y programada.
«Decidimos realizar una atención piloto en cinco plazas para identificar las particularidades de los espacios y las de las niñas y niños que los habitan. Entre el 20 y 22 de noviembre se llevaron a cabo siete experiencias artísticas que vincularon 39 menores visitantes del lugar o hijos de los comerciantes de las plazas», dijo a Sputnik la directora del Programa Nidos, Paola López Wilches.
Para el Programa, estas intervenciones artísticas son otra oportunidad para llegar a los niños en primera infancia y propiciar un encuentro enriquecedor con los diferentes lenguajes del arte.
El proceso vincula a 25 personas, quienes se prepararon durante meses para crear las experiencias artísticas, así como para reconocer cada una de las plazas de mercado donde se desarrollaron los encuentros.
«Entre los artistas y los niños abrieron espacios para el juego. Jugaron a ser comerciantes, a crear comida extraterrestre, combinando colores y formas, abarcando el espacio con sus voces y sus cuerpos en movimiento, manifestando su interés desde la acción o desde la contemplación, asombrados con los personajes que llegaron de forma inusual a estos lugares», dijo López sobre la experiencia.
Al respecto, agregó que los resultados fueron tan positivos que desbordaron la idea de un piloto inicial y dejaron abierta una posibilidad amplia de continuar con la experiencia.
«Este es un momento en el que los niños acompañan a sus papás o cuidadores a trabajar y, mientras tanto, allí pueden estar en un espacio de juego y de exploración, de contacto con el arte; además, tienen la posibilidad de hacer volar su imaginación», señala López.
Respecto de los cuidados frente a la pandemia, la funcionaria dijo a esta agencia que entre los artistas y los niños se mantiene el debido distanciamiento mientras se realizan las experiencias artísticas.
La duración de cada actividad es de aproximadamente 40 a 60 minutos, tiempo que depende en gran medida del contexto, del entusiasmo e interés del grupo que se atiende y de las posibilidades de no tener un límite estricto para finalizar.
«Para el caso de las atenciones hechas en las plazas de mercado, ocurrió que en varias de ellas pedían que la experiencia no se acabara, querían seguir jugando, extendiendo el tiempo tanto como se podía. Y así fue, de la mano de los niños y su inagotable curiosidad, llegamos a perder la noción de los minutos transcurridos», dice López.
A partir de esta experiencia desarrollada en el piloto, y aprovechando la temporada de Navidad, Idartes e IPES organizaron un cronograma de atención que abarca a las mismas cinco plazas de mercado en la que se ya se interactuó con los niños, así como una más que no estuvo en la atención anterior.
De ese modo, durante la semana del 16 al 23 de diciembre se brindarán dos atenciones en cada plaza, con cinco días de diferencia entre una y otra con el fin de generar un mayor reconocimiento de la iniciativa por parte de las familias trabajadoras de las plazas y de sus visitantes, quienes a la vez disfrutan de estas experiencias artísticas.
López reitera que el objetivo para el próximo año es generar una programación que permita atender de forma periódica a las familias, «procurando hacer invitaciones a grupos de niñas y niños de instituciones o de familias cercanas a estos lugares que reconozcan este nuevo escenario en su localidad como un lugar digno de ser reconocido y transitado por la primera infancia».
Los creadores de la experiencia en Bogotá aspiran que la iniciativa pueda ser reproducida en otras plazas de mercado de Colombia y, por qué no, dice López, a otros países de la región.
«Debido a que Nidos es un programa de Idartes, nuestro rango de acción está limitado a la ciudad de Bogotá. Sin embargo, nos interesa mucho compartir estas experiencias con otras ciudades y países, así que estamos dispuestos a conversar con quienes estén interesados en conocer más de nosotros y de las experiencias de Nidos en las plazas», dice.
De esta manera, las plazas de mercado de Bogotá han pasado de ser despensas para una ciudad fuertemente azotada por el covid-19 (con 394.977 casos reportados en la actualidad) a convertirse en espacios de lúdica y atractivo turístico, no sólo por las comidas típicas que allí se encuentran, sino también porque ahora sirven de lugar de integración social para niños y jóvenes… y, de vez en cuando, para uno que otro adulto que también se anime a participar.
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