Miles de personas se unieron en Belém para exigir justicia climática en la COP30.
La movilización ha sido impulsada por Greenpeace junto a pueblos indígenas, comunidades costeras y activistas internacionales. El acto, convertido en una demostración simbólica de unidad, pretende situar a los pueblos originarios en el centro del debate climático global.
La protesta se ha desarrollado en unas 200 embarcaciones, entre ellas el barco Rainbow Warrior, que encabezó la marcha con representantes indígenas y colectivos afectados por la construcción de grandes presas. La reivindicación apunta directamente a los líderes de la COP30, a quienes exigen pasar de los compromisos a la acción.
Rechazo a los mercados de carbono como «soluciones climáticas falsas»
Las entidades participantes han criticado los mercados de carbono como mecanismos «falsos» que no frenan las emisiones ni protegen los territorios vulnerables. Activistas y comunidades señalaron que la clave está en las prácticas ancestrales de los pueblos indígenas y en los conocimientos locales que han preservado ecosistemas durante siglos.
Desde Greenpeace España y Portugal, su directora ejecutiva, Eva Saldaña, destacó cómo los pueblos indígenas y las comunidades afectadas han logrado generar «un momento de reivindicación política único» navegando en las aguas del Amazonas. La organización defiende que la justicia climática debe situar el foco en quienes sufren primero el impacto del calentamiento global.
La directora ejecutiva de Greenpeace Brasil, Carolina Pasquali, insistió en la urgencia de abandonar los anuncios simbólicos para avanzar en acciones reales. «Esta debe ser la COP de la acción por el clima, los bosques y las personas», afirmó.
La marcha ha sido descrita por sus organizadores como una advertencia: el planeta no puede seguir dependiendo de esquemas financieros o compromisos voluntarios que no detengan la deforestación ni reduzcan de manera efectiva las emisiones.
Los pueblos indígenas reclaman protagonismo en las decisiones climáticas
La líder indígena Luene Karipuna reclamó que la COP30 reconozca la protección de las tierras indígenas como una verdadera política climática. Subrayó que los pueblos originarios sostienen soluciones probadas y que han preservado sus territorios «durante miles de años sin destruirlos». Su mensaje coincide con las demandas de decenas de organizaciones que piden reforzar los derechos territoriales como vía para reducir la presión sobre los ecosistemas más críticos del planeta.
| dato | cifra |
|---|---|
| Participantes aproximados | 5.000 personas |
| Nacionalidades representadas | Más de 60 |
| Embarcaciones desplegadas | 200 |
| Organizaciones impulsoras | Greenpeace y colectivos indígenas |
El acto se ha convertido en una de las imágenes más potentes de la COP30, que se desarrolla en un momento decisivo para las negociaciones globales sobre clima.
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