Según este medio brasileño, «desde 1990 hasta la actualidad, el presidente, sus hermanos y sus hijos compraron 107 inmuebles, de los cuales al menos 51 fueron adquiridos total o parcialmente con uso de dinero en metálico, según la declaración de los propios integrantes del clan».
Las compras fueron registradas ante notario con modo de pago «en moneda corriente nacional», expresión que se refiere a transacciones en especie, y suman 13,5 millones de reales que, con valores actuales corregidos por la inflación, supondrían 25,6 millones de reales (cinco millones de dólares dólares).
Hay otros 26 inmuebles que no se sabe cómo se compraron porque no consta en los documentos de compraventa, pero al menos 25 de ellos suscitaron investigaciones de la Fiscalía en Río de Janeiro (sureste)y el Distrito Federal por supuestas irregularidades.
Un caso especialmente conocido es el de uno de los hijos del presidente, Flávio Bolsonaro, que compró parte de su patrimonio apropiándose de forma ilegal del salario de los funcionarios de su gabinete cuando era diputado en el estado de Río de Janeiro.
El uso de grandes cantidades de dinero en metálico para comprar inmuebles es una forma usada para lavar recursos de procedencia ilegal; actualmente está debatiéndose en el Senado un proyecto de ley que impide el uso de dinero en metálico para este tipo de transacciones.
Al ser preguntado por el contenido del reportaje, el presidente Bolsonaro se mostró irritado y preguntó si había algún problema en comprar con dinero en metálico algún inmueble.