Alckmin se ha desplazado hasta el Palacio de Planato (sede del Ejecutivo brasileño) junto con Gleisi Hoffmann, presidenta de la formación de Lula, el Partido de los Trabajadores (PT); y el coordinado del plan de Gobierno del presidente electo, Aloizio Mercadante.
En declaraciones a la prensa, el que será ‘número dos’ de Lula ha reconocido que la conversación con Nogueira ha sido «bastante fructífera» y ha aseverado que este gesto confirma que la «transición» de Ejecutivo ya ha comenzado.
De acuerdo con la legislación brasileña, el presidente electo tiene el derecho de formar un equipo de transición formado por hasta 50 personas y que podrá tener acceso a los datos de la Administración pública y poder así comenzar a preparar las primeras medidas de Gobierno.
Aunque Alckmin no ha querido adelantar ningún nombre de los integrantes del equipo de transición, sí que ha confirmado que este estará formado por miembros de los partidos que han formado coalición con Lula en las elecciones.
BLOQUEOS DE CARRETERAS
Más allá de asuntos relacionados con el traspaso de poderes, Alckmin se ha referido a los bloqueos de carreteras perpetrados por simpatizantes de Bolsonaro, si bien el mandatario ya llamó el miércoles por la noche a liberar las vías.
«Es grave, se puede comprometer la salud de las personas, los insumos, los hospitales, los trasplantes, las vacunas, los alimentos, los combustibles, los daños. ¿Quién pagará estos daños? ¿Quiénes serán los responsables de estos daños?», ha dicho Alckmin.