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El nuevo partido de Bolsonaro para las elecciones amontona denuncias y condenas por corrupción

No ha habido caso de corrupción mediático en Brasil que no haya contado con la implicación de alguno de los afiliados del nuevo partido de Bolsonaro,

Jair Bolsonaro

Jair Bolsonaro

El conservador Partido Liberal (PL), la formación elegida finalmente por el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, para presentarse a las próximas elecciones de 2022, amontona en los últimos años varias denuncias y condenas, entre ellas la de su presidente, Valdemar Costa Neto, por varios delitos de corrupción.

No ha habido caso de corrupción mediático en Brasil que no haya contado con la implicación, a veces supuesta, otras tantas confirmada por la Justicia, de alguno de los afiliados del nuevo partido de Bolsonaro, que amontona ya diez siglas bajo las que ha medrado desde que entró en política a finales de los años ochenta.

A pesar de contar con sentencias en firme, como la de Costa Neto por blanqueo de capitales, el Partido Liberal ha ampliado desde el año pasado su participación en diferentes sectores del Gobierno, enarbolando la bandera de la anticorrupción y prometiendo acabar con esas redes clientelares comunes, por no decir endémicas, en la política brasileña.

El caso más importante es el de su presidente, Costa Neto, quien pasó once meses en prisión tras ser condenado por el Tribunal Supremo de Brasil a siete años y diez meses por varios delitos de corrupción y blanqueo de capitales en el escándalo del ‘mensalão’, en el cual el Partido de los Trabajadores (PT) pagó sobresueldos desde 2004 a diputados y senadores a cambio de apoyo parlamentario.

Además de él, acusado de ser el repartidor de estos sobresueldos, por esta trama, también fueron acusados el que era por entonces el vicepresidente del PL, Carlos ‘Bispo’ Rodrigues, y el exministro de Transportes Anderson Adauto, y el extesorero del partido Jacinto Lodos, además de otros diputados y asesores.

Las cuitas de Costa Neto con la Justicia no acaban ahí, pues por ahora todavía está imputado por el caso ‘Lava Jato’, una macrotrama de corrupción de la que no se ha podido escapar casi ningún partido del arco parlamentario brasileño.

En su caso, está siendo investigado por supuestas irregularidades, entre ellas el cobro de comisiones, en una serie de contratos de empresas privadas con el Ministerio de Transportes, cartera en la que maniobró durante los gobiernos anteriores del PT y en el del expresidente Michel Temer (2016-2018).

Varios acusados de Odebrecht testificaron que después de que la constructora fuese la elegida para continuar un tramo del Ferrocarrill Norte-Sur, hubo presiones por parte del círculo de confianza de Valdemar en la estatal Valec Engenharia para recibir estos pagos, cotejados luego por la Policía en una serie de registros, recuerda el diario ‘Folha de Sao Paulo’.

Pese a todo, Costa Neto mantiene todavía altas cotas de influencia dentro del Congreso, así como su Partido Liberal disfruta de amplio espacio en las administraciones federales, gracias a sus 43 diputados y cuatro senadores, que forman parte de lo que en política brasileña se conoce como el ‘centrão’, fuerzas políticas que más allá de ideologías ofrecen su apoyo a las propuestas del Poder Ejecutivo a cambio de ventajas y privilegios en las zonas en las que gobiernan.

En el último año, Bolsonaro ha recurrido frecuentemente a las formaciones del ‘centrão’ para sacar adelante sus políticas, pero principalmente para evitar que la oposición lograra sacar adelante un juicio político contra él por su gestión de la crisis económica y sanitaria provocada por la pandemia.

En vísperas de su entrada en el partido, Bolsonaro, que siempre ha criticado a quienes le cuestionaban por el pasado de algunas de las figuras más importantes del PL, ha defendido ante los muy conservadores su entrada en el ‘centrão’, pues si no, «hay está la izquierda» y «hay que disputar las elecciones del año que viene».

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