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Vacunación

Bolsonaro insiste en que no se vacunará para acudir a la ONU, que no prevé prohibirle la entrada

"¿Recibo la vacuna para qué, para tener anticuerpos? Mi tasa de anticuerpos está por las nubes. ¿Sí, o qué? Tengo 991. Estoy bien, entonces voy a vacunarme para qué, no va a ser efectiva".

Jair Bolsonaro

Jair Bolsonaro

El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, podría salir airoso de esa suerte de pulso que ha mantenido en las últimas horas con las leyes de Nueva York y comparecer ante la Asamblea General de Naciones Unidas, tal y como está previsto la próxima semana, sin tener que vacunarse. «¿Para qué? Tengo los anticuerpos por las nubes», ha asegurado.

Esta semana, el líder de Asamblea, Abdulá Shahid, recordó que todos quienes participen en la próxima sesión deben haber recibido la vacuna contra el coronavirus, tal y como decreta la ley de la ciudad de Nueva York, que obliga a quienes acudan a actos y conferencias a haber sido inmunizados.

Actualmente las delegaciones internacionales son partidarias de mantener en vigor un «sistema de honor» con el que a los participantes les bastaría su palabra para confirmar que han sido vacunados o no son positivos por coronavirus sin necesidad de tener que demostrarlo a través de documentos o partes médicos.

«Como se recordará, hubo un proyecto piloto bajo el anterior presidente de la Asamblea General, que básicamente decía que (…) los delegados dan fe de que están completamente vacunados, que no han dado positivo por COVID-19 en los últimos diez días y que no presenta síntomas. Estamos trabajando con el nuevo presidente para mantener este sistema», ha explicado Stéphane Dujarric, portavoz del secretario general de Naciones Unidas, António Guterres.

El asunto ha recibido especial atención en los últimos días en Brasil, puesto que tradicionalmente es el país que abre las comparecencias de los jefes de Estado durante la reunión de líderes más importantes del año, y en esta ocasión cuenta con un presidente que desde el inicio de la pandemia ha mostrado cierta actitud negacionista y conspiratoria con todo lo que tenía que ver con ella.

Oficialmente, Bolsonaro no ha recibido ningún vacuna y este jueves ha vuelto a dejar claro que en principio seguirá siendo así. «¿Para qué?», se ha preguntado durante el encuentro virtual que cada semana ofrece a sus seguidores.

«¿Recibo la vacuna para qué, para tener anticuerpos? Mi tasa de anticuerpos está por las nubes. ¿Sí, o qué? Tengo 991. Estoy bien, entonces voy a vacunarme para qué, no va a ser efectiva. Todo el mundo ya se ha vacunado en Brasil, yo lo decidiré en el futuro», dijo mientras presumía de su buen estado de salud junto a un médico que le acompañaba.

Además de Brasil, Rusia también ha mostrado su disconformidad acerca de la posibilidad de que se prohíba la presencia de aquellos que no hayan sido inmunizados, pero en su caso porque las autoridades estadounidenses no reconocen la vacuna rusa Sputnik.

Este año, más de un centenar de jefes de Estado y una veintena de líderes de gobierno tiene previsto acudir a la sede de la Asamblea General, aunque otros han optado por hacerlo a través de videoconferencia como el año pasado.

Esta sería la tercera ocasión en la que Bolsonaro acude a la cita. La primera vez, de manera un tanto pendenciera, dedicó insultos y ataques al socialismo, mostrándose escéptico en cuanto al cambio climático, llegando incluso a arremeter contra la prensa, a la que acusó de sensacionalismo, por su cobertura de entonces de los incendios en el Amazonas. Al año siguiente, criticó las políticas de confinamiento por sus estragos económicos.

Después de la caída en desgracia del expresidente de Estados Unidos Donald Trump, quien podría haber protagonizado un dilema como este en caso de haber sido reelegido pues no está vacunado, Bolsonaro se ha quedado prácticamente solo a nivel internacional en lo que se refiere a contradecir las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Está por ver cómo afrontará esta nueva oportunidad en Naciones Unidas en un momento en el que su imagen a nivel internacional es nefasta, con informes de las ONG alertando de que es una «amenaza para la democracia» en Brasil por sus continuos y furibundos ataques a los poderes del Estado y con el electorado en su contra, salvo sus ruidosos y numerosos incondicionales, con los sondeos dando como claro ganador en las elecciones de 2022 al expresidente Luiz Inácio Lula da Silva.

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