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Vainica Doble

Vainica Doble

Se acabó Vainica Doble, aunque su música nunca morirá. Carmen y Gloria ya no están entre nosotros. Fueron una deliciosa anomalía en el panorama homogéneo de la música ligera española. Inventoras de un estilo único que debería ser estudiado en los institutos. Se acabó Vainica Doble, aunque su música nunca morirá. Carmen y Gloria ya no están entre nosotros. Fueron una deliciosa anomalía en el panorama homogéneo de la música ligera española. Inventoras de un estilo único que debería ser estudiado en los institutos.

Primero nos dejó Carmen Santoja, cuando el siglo XXI aún no había terminado de llegar y en este triste octubre de 2015 se ha marchado Gloria Van Aerssen. Dos artistas grandes que reinaron en el mundo mágico de las pequeñas cosas.

De todas maneras, para nosotros, sus irreductibles fans, hace mucho tiempo que nuestras ‘vainicas’ son inmortales. Lo mismo que sus canciones que extraían toda la poesía escondida en los avatares de la vida cotidiana, con la misma levedad que caracteriza a los verdaderos dramas.

A Contracorriente de todo, Carmen y Gloria despuntaron como damiselas de clase media alta imbuidas del espíritu psicodélico del mismísimo Sargento Pimienta. Para convertirse luego en dos clásicas, amadas por las legiones de jovenzuelos que dieron forma a la nueva ola madrileña.

Demasiado elegantes y sutiles para los 40 Principales, y demasiado políticamente incorrectas para subirse al carro de la canción protesta. Ellas, con otros ilustres como Canovas, Rodrigo, Adolfo y Guzmán o Cecilia, fueron esa tercera vía de nuestra música pop que aún hoy es necesaria.

Y tal vez, como el Cid, justo ahora que ya no están haya llegado la hora de su triunfo. Quien nos iba a decir a nosotros que nuestras mordaces institutrices buenas iban a convertirse en ‘trending topic’ de Twitter. Bienvenido sea eso, si sirve para que las canciones de Vainica vuelvan a escucharse.

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