A siete años de las sanciones impuestas por Estados Unidos, el presidente venezolano Nicolás Maduro volvió a levantar la voz contra la administración estadounidense por el control de Citgo, filial de la estatal Pdvsa, cuya sede principal se encuentra en Houston, Texas. Durante un acto oficial, el mandatario expresó que se trata de un robo a la nación:
“Jamás renunciaremos a ella, Citgo es nuestra”, afirmó con firmeza
Citgo es una empresa clave para la economía venezolana, con capacidad para refinar hasta 800.000 barriles diarios, operar tres refinerías complejas y gestionar una red de más de 4.200 estaciones de servicio en EEUU, además de 41 terminales de distribución, según cifras del Observatorio Venezolano Antibloqueo.
Sanciones y bloqueo: el origen del conflicto
La disputa por Citgo se remonta al 21 de mayo de 2018, cuando el gobierno de Donald Trump prohibió la compra de deuda y cuentas por pagar del Estado venezolano, e impuso restricciones que afectaban a cualquier entidad con más del 50% de participación estatal venezolana.
Estas medidas, parte de un conjunto más amplio de sanciones contra Venezuela, incluyeron el congelamiento de activos de Citgo en suelo estadounidense, impidiendo que el gobierno de Maduro tuviese acceso a sus recursos.
Críticas a la oposición y defensa del modelo
Maduro también arremetió contra los sectores opositores que, según él, continúan solicitando sanciones:
“La derecha pide sanciones y nosotros nos especializamos en vencer el bloqueo para traer lo mejor al pueblo de Venezuela”
En múltiples ocasiones, el Ejecutivo ha advertido que cualquier intento de venta forzosa de Citgo es visto como un nuevo acto de agresión imperialista, en el marco de una estrategia que busca desestabilizar la soberanía del país.
Sumario destacado: Maduro considera que Citgo es “un activo vital” para Venezuela y califica su pérdida como un “robo imperialista” impulsado por intereses económicos y políticos desde EEUU.
