«Cada conductor y cada ayudante perteneciente al sindicato de la fraternidad y afiliado, se va a tomar el día del ferroviario y no va a prestar servicio, conmemorando el 1° de marzo del año 1948 cuando el general Perón nacionalizó los carriles», informó el secretario general de la Fraternidad, Omar Maturano, durante una rueda de prensa.
En pleno conflicto con el Gobierno por un conflicto salarial, el gremio lleva adelante por estas horas una huelga que se extiende desde las 09.00 hora local (12.00 GMT) hasta las 15.00 hora local (18.00 GMT).
El sindicato no descarta otras medidas de fuerza para febrero, al señalar que una asamblea de trabajadores decidió además «dejar las manos sueltas, o un mandato libre, de tomar la medida que crea conveniente en el mes de febrero».
Durante la asamblea, también se decidió expresar «un repudio total a las autoridades de los ferrocarriles argentinos, Trenes Argentinos», que opera los servicios urbanos de cinco líneas ferroviarias.
«Cuando haya demoras, cancelaciones o accidentes también deberemos poner en esos carteles indicadores los nombres de los responsables; por ejemplo del Ministro de Economía (Luis Caputo), que no dio la plata para reparar los trenes, y de los directivos de las empresas», acusó Maturano.
La actual gestión responsabilizó a La Fraternidad por perjudicar a un millón de usuarios que se vieron afectados por la suspensión de servicios de trenes en la capital argentina y en la zona metropolitana de la provincia de Buenos Aires (este).
«Se trata de la sexta medida de fuerza de este gremio desde que asumió el Gobierno», puntualizó el portavoz presidencial este martes, Manuel Adorni.
El último paro que impulsó La Fraternidad fue el 18 de diciembre.
El gremio cuestionó por entonces la propuesta del Ejecutivo que preside Javier Milei de aumentar los sueldos uno por ciento en noviembre y 2,5 por ciento en diciembre, frente a una inflación que fue de 2,4 por ciento y 2,7 por ciento respectivamente.
El paro de este miércoles, que en un principio iba a durar 24 horas, representa la tercera medida de fuerza del sindicato en las últimas semanas, tras una primera protesta que realizaron el 3 de diciembre y que consistió en ralentizar la velocidad de las formaciones para cuestionar la falta de inversión y mantenimiento en la infraestructura ferroviaria.