Los datos, publicados en la revista ‘Addiction’, señalan que la proporción de muertes ha pasado del 0,6 por ciento (235 muertes) en 2010 al 32,3 por ciento (34.429 muertes) en 2021.
En este sentido, en el año 2021, los estimulantes como la cocaína y la metanfetamina se habían convertido en la clase de droga más común encontrada en las sobredosis involucradas con fentanilo en todos los estados de Estados Unidos. Este aumento de las muertes por fentanilo y estimulantes constituye la ‘cuarta oleada’ de la larga crisis de sobredosis de opioides en Estados Unidos, cuyo número de muertes sigue aumentando.
«Ahora estamos viendo que el uso de fentanilo junto con estimulantes se está convirtiendo rápidamente en la fuerza dominante de la crisis de sobredosis en EEUU», ha afirmado el autor principal, Joseph Friedman, investigador de adición de la Facultad de Medicina David Geffen de la UCLA.
«El fentanilo ha dado paso a una crisis de sobredosis por polisustancias, lo que significa que la gente está mezclando fentanilo con otras drogas, como estimulantes, pero también con otras innumerables sustancias sintéticas. Esto plantea muchos riesgos para la salud y nuevos retos para los profesionales sanitarios», ha señalado Geffen.
El investigador ha indicado que actualmente disponen de datos y conocimientos médicos sobre el tratamiento de los trastornos por consumo de opiáceos, «pero comparativamente tenemos poca experiencia con la combinación de opiáceos y estimulantes, o de opiáceos mezclados con otras drogas. Esto hace que sea difícil estabilizar médicamente a las personas que se están retirando del consumo de polisustancias».
El análisis ilustra cómo la crisis de los opioides en Estados Unidos comenzó con un aumento de las muertes por opioides con receta (oleada 1) a principios de la década de 2000 y por heroína (oleada 2) en 2010. Hacia 2013, el aumento de las sobredosis de fentanilo marcó la tercera oleada. La cuarta oleada -sobredosis de fentanilo con estimulantes- comenzó en 2015 y sigue creciendo.
Además, según los expertos, las personas que consumen varias sustancias también pueden correr un mayor riesgo de sobredosis, y muchas de las sustancias que se mezclan con fentanilo no responden a la naloxona, el antídoto contra la sobredosis de opiáceos.
Los autores también descubrieron que las muertes por sobredosis de fentanilo/estimulantes afectan de forma desproporcionada a las comunidades de minorías raciales/étnicas en EEUU, incluidas las personas de raza negra y afroamericana y los nativos americanos.
Por ejemplo, en 2021, la prevalencia de la participación de estimulantes en las muertes por sobredosis de fentanilo fue del 73 por ciento entre las mujeres negras o afroamericanas no hispanas de 65 a 74 años que vivían en el oeste de EEUU, y del 69 por ciento entre los hombres negros o afroamericanos de 55 a 65 años que vivían en la misma zona. La tasa entre la población general de EEUU en 2021 era del 49 por ciento.
También existen patrones geográficos en el consumo de fentanilo y estimulantes. En el noreste de EEUU, el fentanilo tiende a combinarse con cocaína; en el sur y el oeste, aparece más comúnmente con metanfetamina.
«Sospechamos que este patrón refleja la creciente disponibilidad y preferencia por la metanfetamina de bajo coste y gran pureza en todo EEUU, y el hecho de que el noreste tiene un patrón bien arraigado de consumo ilícito de cocaína que hasta ahora se ha resistido a la absorción total por parte de la metanfetamina observada en otras partes del país», ha finalizado Friedman.