Los torneos profesionales del fútbol de Chile fueron nuevamente suspendidos a causa de la crisis social que golpea al país por más de un mes, mientras que el poderoso sindicato de futbolistas se inclina por cancelar el campeonato de primera división de este año.
La dirigencia de la Asociación Nacional del Fútbol profesional (ANFP) que rige el destino de los torneos locales, decidió suspender la reanudación de los campeonatos ya que «no hay disponibilidad de contingentes policiales necesarios para garantizar el resguardo del orden y la seguridad pública en los alrededores de los estadios», indicó un comunicado difundido la noche del viernes.
«Lo más aceptable era que se suspendiera la fecha, me parece una buena medida y ya veremos en la semana cuáles son los pasos a seguir. Era muy peligroso jugar», dijo este sábado el veterano delantero de Colo Colo, Esteban Paredes, a medios locales.
La dura crisis social que enfrenta Chile desde el 18 de octubre, que ha dejado 23 muertos y más de 2.000 heridos, obligó a la detención por más de un mes del fútbol criollo, pero la dirigencia con apoyo de los equipos había resuelto volver a las canchas este fin de semana ante una efímera baja en la violencia que se ha apoderado de las calles chilenas durante masivas manifestaciones.
Presión de los hinchas
Pero un grupo de iracundos hinchas de la barra brava de Colo Colo, que rechaza el retorno del fútbol hasta que no se resuelva el estallido social, se metieron el viernes a la fuerza al estadio Municipal de La Florida donde se disputaba el primer partido de la fecha entre Unión La Calera y Deportes Iquique, lo que obligó a la suspensión del juego.
Los barristas lanzaron piedras a la cancha provocando la huida de los jugadores. Policías lograron dispersarlos con gases lacrimógenos.
Durante la madrugada, hinchas de Universidad Católica -el actual líder de la primera división con 13 puntos sobre el segundo, Colo Colo- realizaron una protesta fuera del estadio San Carlos en el oeste de Santiago, expresando su rechazo a que el fútbol retorne.
Durante una masiva manifestación realizada el viernes en plaza Italia en Santiago, las barras bravas de equipos como Colo Colo, Universidad de Chile y Universidad Católica, volvieron a participar unidas de la protesta, como ya hicieron en anteriores protestas, y dejaron sus rencillas de lado para rechazar el reinició del fútbol.
«Perdimos mucho tiempo peleando entre nosotros», decía un afiche de los barristas.
El único partido que se disputó por completo antes de la cancelación de la fecha fue el que Cobresal derrotó 3-2 a Unión Española en el estadio El Cobre en El Salvador, un pequeño campamento minero de unos 10.000 habitantes ubicado en el desierto de Atacama, en el norte del país, a 1.041 km de Santiago.
Durante los partidos que se lograron jugar el viernes se realizó un minuto de silencio por los civiles muertos en las protestas.
¿Cancelar el torneo?
Los jugadores chilenos, que apoyan las manifestaciones, también expresaron sus reparos por retomar el fútbol ante la falta de seguridad.
Pero tras el incidente con los barristas de Colo Colo, los futbolistas manifestaron su opción por dar el torneo de primera división por terminado.
«Nuestra postura, de parte de los jugadores, es que no se siga el torneo», dijo Gamadiel García, presidente del Sindicato de Futbolistas Profesionales (SIFUP) en una declaración difundida por el diario El Mercurio.
Pero acabar el torneo traería complicaciones. El 17 de diciembre es la fecha límite para que las federaciones sudamericanas entreguen a la Conmebol los nombres de sus representantes para la Copa Libertadores y la Copa Sudamericana, lo cual pone a aprietos a Chile.
A esto se suman compromisos comerciales asumidos por los equipos y la federación, además de lo que podría decir la FIFA ante la irregularidad de acabar el torneo antes de lo especificado.
La crisis social en Chile obligó a trasladar a Lima la final de este sábado de la Copa Libertadores que debía disputarse en Santiago entre el argentino River Plate y el brasileño Flamenco. También se cancelaron amistosos de la selección chilena ante Bolivia y Perú, este último en la capital peruana.