En evento reciente en Colombia –escribo en marzo 2016- el economista coreano Ha-Joon Chang dijo que “los economistas hablan mucho de las instituciones, pero poco de cómo se construyen”. Esto último no es verdad. En evento reciente en Colombia –escribo en marzo 2016- el economista coreano Ha-Joon Chang dijo que “los economistas hablan mucho de las instituciones, pero poco de cómo se construyen”. Esto último no es verdad.
En una mínima revisión temática, uno puede ubicar referencias como el Institutional Design, su Economía Política, su relación con el crecimiento económico y el pensamiento económico al respecto. La construcción de instituciones es básica a la economía.
Nosotros mismos, en distintos momentos y asuntos, y con fortuna diversa, por razones de entorno, hemos participado en actividades que han culminado en creaciones institucionales, de las más simples a las más complejas.
En casos, como en nuestra propuesta de una Economía Política de la Transición a la Democracia y el Mercado, se ha llegado a la definición de conjunto de los diversos ámbitos institucionales necesarios al éxito. Las transiciones a la democracia y el mercado se afincan precisamente en una propuesta novedosa de reformas políticas e institucionales, de cierta complejidad, pero viables.
En nuestra propuesta hemos referido, hasta ahora, un conjunto de categorías dentro de ese proceso de reinstitucionalización. Hablamos de desarrollos en: 1) el Estado de Derecho, 2) el Estado (Estado, gobierno y Administración Pública), 3) la representatividad y la responsabilidad políticas, 4) la capacidad de gestión, 5) las que llamamos instituciones económicas vertebrales y 6) otras adicionales, y, como tema especial en el caso venezolano (y otros), el celo por la eliminación de las externalidades negativas resultantes del mismo marco institucional.
Las que llamamos instituciones vertebrales son las ligadas a normas o reglas económicas firmes y duraderas, no afectables por la discrecionalidad de los gobernantes, en los planos de lo fiscal, monetario, cambiario, otras líneas de política económica (Ej: políticas de rentas, política social), los derechos de propiedad y la plena valoración del trabajo. Son el apoyo principalísimo del proceso transicional de naturaleza económica.
Eso incluye normas fiscales como, solo por ejemplo, relativas a la calidad de la asignación de recursos; en nuestra opinión, la próxima frontera de las instituciones económicas para la sanidad de las economías nacionales, topes al déficit, u otras. De igual forma, normas monetarias; por ejemplo, el celo por la tasa de cambio competitiva, un tema crucial, pero mal manejado. Hay ejemplos más convencionales.
Hoy, las instituciones son el primer y principal soporte de la acción profesional de los economistas. Sobre ellas –solo después de ellas- se monta el trabajo de la política económica y la gestión del día a día. El error de afincar el peso de la gestión económica en la discrecionalidad del decisor político debe ser superado. El éxito nacional depende principalmente de la capacidad de creación institucional.
* Santiago José Guevara García
Valencia, Venezuela
[email protected] / @SJGuevaraG1