El fiscal general de Brasil, Rodrigo Janot, ha aconsejado al Tribunal Supremo del país latinoamericano que el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva no ocupe la cartera de la Casa Civil en el Gobierno de Dilma Rousseff pues se trata de un plan para eludir la imputación en el caso Petrobras. El fiscal general de Brasil, Rodrigo Janot, ha aconsejado al Tribunal Supremo del país latinoamericano que el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva no ocupe la cartera de la Casa Civil en el Gobierno de Dilma Rousseff pues se trata de un plan para eludir la imputación en el caso Petrobras.
Rousseff intentó que su padre político fuera investido ministro de la Casa Civil, sin embargo el juez del tribunal Supremo Gilmar Mendes suspendió temporalmente esa designación. Con lo que está de acuerdo Janot, que no quiere a Lula en el Ejecutivo brasileño.
Cuando la presidenta brasileña recurrió a Lula para, según ella, ayudarla a enmendar la situación en la que se encuentra el país, fueron muchos los que consideraron la medida como una manera de sacar al fundador del Partido de los Trabajadores (PT) del rádar del caso de corrupción en la empresa estatal Petróleos Brasileños (Petrobras).
Entre ellos el propio juez del caso, Sergio Moro, que filtró unas conversaciones entre ambos en las que Rousseff le aseguraba a Lula que le enviaba los papeles que debía firmar para entrar a formar parte en su equipo y que lo firmase de ser necesario. Para Moro, al igual que para muchos brasileños entre los que ahora se encuentra también Rodrigo Janot, el movimiento de la presidente es un blindaje para su predecesor.
La situación se complica para Lula, y no solo para él, puesto que el lunes la comisión parlamentaria decidirá si el juicio político contra Rousseff sigue adelante.
