El jefe de la diplomacia comunitaria, que lleva semanas negociando con las autoridades venezolanas las condiciones y términos del despliegue de observadores, ha dado el visto bueno a la misión después de recibir garantías por parte de Caracas sobre el acceso y el alcance de la misión, han avanzado a Europa Press fuentes europeas.
Borrell defiende la necesidad de estar presentes en el terreno para que los comicios venezolanos sean plurales y cuente con unas condiciones democráticas mínimas. A este efecto, la UE ya desplegó una misión exploratoria durante el verano para estudiar la viabilidad de mandar observadores de cara a noviembre.
La UE podrá, de esta forma, observar unas elecciones en Venezuela por primera vez desde 2005. El grupo de expertos realizarán tareas de seguimiento técnico previo a la votación y observarán los comicios de noviembre, además del proceso posterior. En otros casos, este tipo de misiones ha llegado durar hasta tres y cuatro meses.
Más tarde, en un comunicado, la diplomacia comunitaria ha confirmado que la socialista portuguesa, Isabel Santos, liderará la misión, que constará de un primer equipo de 11 expertos electorales que se desplazarán a Caracas en octubre. Posteriormente se sumarán otros 62 observadores técnicos de largo plazo, más otra treintena cuando se acerque la fecha electoral.
PENDIENTE DE SI HABRÁ EURODIPUTADOS
En este contexto, queda por ver si el Parlamento Europeo decide desplegar eurodiputados. Normalmente la Eurocámara refuerza la observación técnica con una delegación que ejerce labores de seguimiento durante la jornada electoral, dando peso político a la misión.
Será el grupo de Apoyo a la Democracia y Coordinación Electoral del Parlamento Europeo el que estudie si culmina el proceso y envía a parlamentarios a Venezuela, decisión que deberá confirmar la Conferencia de Presidentes, órgano que reúne a los jefes de todos los grupos con representación en la Eurocámara.
Para ello se necesita un acuerdo por consenso de los partidos políticos. Hasta ahora el Partido Popular Europeo y los liberales de Renew han criticado duramente cualquier acercamiento a Caracas, por lo que la misión corre el riesgo de no contar con eurodiputados, más allá del jefe de la misión, que siempre es un parlamentario, en este caso Isabel Santos.
En Bruselas consideran que el Gobierno de Nicolás Maduro ha dado «pasos positivos» como la composición más plural del Consejo Nacional Electoral o una mejor relación con las organizaciones humanitarias que operan en el país.
Además, la misión coincide con la marcha del proceso de diálogo entre Gobierno y oposición abierto a mediados de agosto en México y que celebró días atrás su tercera ronda de contactos. Ambas partes aseguraron este mismo martes haber acercado posiciones.