La oposición brasileña, a través del Partido de los Trabajadores, ha solicitado la comparecencia en el Congreso brasileño de su presidente, Fernando Henrique Cardoso, ante las acusaciones de determinados medios de comunicación, que afirman que pudo influir en la venta de Telebras, la empresa nacional de telecomunicaciones que ostentaba el monopolio hasta la liberalización del sector. Esta operación ascendió a 19.000 millones de dólares (más de 17.500 millones de euros). El diario Folhade Sao Paulo, el periódico de mayor tirada en Brasil, acusó a Cardoso, mediante la transcripción de cintas grabadas en oficinas públicas, de haber intentado favorecer al fondo de inversión brasileño Opportunity y de intentar elevar los precios de colocación de Telebras. Estas acusaciones se unen a las ya existentes, que denunciaron intentos de tratos a favor de Telecom Italia y Telefónica y que costaron la dimisión del ministro de Comunicaciones y del presidente del Banco Nacional de Desarrollo. Los mercados de acciones y bonos se desplomaron al conocerse la solicitud de la oposición. Además del temor a una subida de tipos en EEUU y a una devaluación del peso en Argentina, que restaría efectos a la ganancia en competitividad lograda con la realizada sobre el real en enero, si el escándalo alcanzara de lleno a Cardoso pondría en peligro el apoyo parlamentario al presidente, «vital para abordar la reforma fiscal y de las pensiones de un sistema que necesita recortar su déficit presupuestario de 73.000 millones de dólares», (67.000 millones de euros) afirmaba un operador de Foreign & Colonial Markets. «Brasil necesita demostrar que no hay un escándalo en ciernes» concluía. Y es que Brasil necesita recortar el gasto en más de la mitad, para alcanzar las cifras acordadas con el Fondo Monetario Internacional y entrar en su programa de ayudas.