«Hay tres grandes incendios, y en todos los casos las condiciones climáticas desfavorables, como los fuertes vientos y la sequía, facilitan el avance de las llamas», dijo la secretaria de Medio Ambiente de la gobernación cruceña, Alejandra Sandóval, publicó el diario El Deber en su edición digital.
Los incendios, agravados desde hace dos semanas, se registraban en los municipios de San Matías, Roboré y San Ignacio de Velasco, las dos primeras próximas a la parte boliviana del Pantanal sudamericano.
Paralelamente, los servicios de emergencia combatían quemas menores en otras regiones, como una que paralizó temporalmente hace una semana las operaciones del aeropuerto internacional Viru Viru, el más importante del país.
Sandóval indicó que en lo que va de agosto se detectaron unos 1.800 focos de quema, cifra mayor a la del año anterior pero todavía de menor magnitud que los incendios de 2019, que arrasaron unos cinco millones de hectáreas en todo el país, de ellas más de cuatro millones de hectáreas en Santa Cruz.
El viceministerio de Defensa Civil dijo que coordinaba la labor de más de un millar de bomberos, voluntarios y efectivos militares enviados a sofocar los incendios, con apoyo de maquinaria pesa en tierra y un helicóptero transportador de agua.
No había datos oficiales sobre incendios en otras regiones, donde estos fenómenos también son habituales en el invierno seco del país como consecuencia de quemas con fines agrícolas que salen de control.
