En medio de una oleada de conflictividad social que amenaza con quebrar la estabilidad del país y con el conflicto estudiantil enquistado, Sebastián Piñera vuelve a caer en la encuestas, hasta un 27% de aprobación, mientras que el 68% de los chilenos rechazan su gestión. Pese al avance producido el sábado en la reunión con los estudiantes, en la que el diálogo fue fluido, Piñera ha inaugurado la semana declarando que “en Chile se estudia muy poco” y que planea reducir vacaciones y aumentar jornadas lectivas para compensarlo. Los estudiantes por su parte continuarán con las movilizaciones. En medio de una oleada de conflictividad social que amenaza con quebrar la estabilidad del país y con el conflicto estudiantil enquistado, Sebastián Piñera vuelve a caer en la encuestas, hasta un 27% de aprobación, mientras que el 68% de los chilenos rechazan su gestión. Pese al avance producido el sábado en la reunión con los estudiantes, en la que el diálogo fue efectivo, Piñera ha inaugurado la semana declarando que “en Chile se estudia muy poco” y que planea reducir vacaciones y aumentar jornadas lectivas para compensarlo.
«En Chile se estudia muy poco, así que una de las cosas que estamos estudiando es extender la jornada escolar, porque hoy día son muy pocos días en el año y demasiadas vacaciones” ha declarado Piñera, que también ha afirmado que los paros estudiantiles en protesta por la situación actual del sector hacen que mucho alumnos pierdan clase. «El abuso hay que cortarlo de raíz, pero no me parece razonable que pueda haber emprendimiento privado. Que los privados, que somos toda la sociedad, puedan emprender y aportar en todos los ámbitos, menos en el más importante, que es la educación, a mí no me parece», continuó, refiriéndose a la reclamación estudiantil de poner fin al lucro.
El sábado Gobierno y estudiantes se reunieron para intentar acercar posiciones después de tres meses de movilizaciones estudiantiles para exigir una reforma educativa. «Fue una charla franca y eso siempre es base para lograr acuerdos», declaró a los medios el ministro del ramo, Felipe Bulnes, quien también señaló que «hay puntos en los que creemos va a ser posible consensuar una posición». Camila Vallejo, desde el lado estudiantil, sin embargo, ha declarado que “no hemos condicionado la movilización a la instancia de diálogo. No vamos a deponer el movimiento». Ahora, ambas partes deben trazar un calendario para intentar lograr acuerdos. Un ligero avance que no pone fin a la problemática.
El conflicto se ha hecho crónico en el peor momento posible para el presidente conservador, cuya popularidad se ha desplomado de manera vertiginosa en los últimos meses por la conflictividad social que asola Chile desde que inició su mandato. Ecologistas, mineros, estudiantes y grandes partes de la ciudadanía ven con malos ojos su gestión, que según los últimos sondeos ha alcanzado un histórico 68% de desaprobación. Sin embargo, el dato más sangrante es el de su popularidad, que ha vuelto a caer y se sitúa en un 27%, la peor valoración jamás dada a un líder chileno en las últimas dos décadas.
El sistema educativo chileno ha sido heredado por la democracia de la dictadura de Augusto Pinochet y mantiene unas elevadas tasas que impiden a los estudiantes con menos recursos acceder a la educación superior. Si lo hacen, deben soportar varios años de alto endeudamiento para poder pagar sus estudios. Además, los estudiantes reclaman que el Estado se ocupe del sector, y no los municipios, y que la educación, una de las más caras del mundo según la OCDE, sea gratuita y accesible universalmente para todos los ciudadanos.