La directora de la Organización Panamericana de la Salud (OPS/OMS), Carina Etienne, ha advertido este martes de que la pandemia de COVID-19 está afectando a la capacidad de controlar la transmisión en América Latina y el Caribe de enfermedades infecciosas.
Durante su encuentro semanal con los medios de comunicación para informar sobre la evolución de la enfermedad, Etienne ha lamentado que enfermedades como el dengue y la malaria representan una enorme carga en el sistema sanitario y, junto con muchas enfermedades tropicales, tienen un impacto desproporcionado en las poblaciones pobres y vulnerables, incluyendo las comunidades indígenas, como la COVID-19.
Por ello, y debido a la pesada carga del coronavirus en los sistemas de salud y a la interrupción de los servicios esenciales, Etienne ha alertado de que está bajo amenaza el programa aprobado el mes de octubre por el cual los Estados miembros de la Organización se comprometieron a un enfoque regional para la eliminación de más de 30 enfermedades transmisibles y afecciones relacionadas para el año 2030.
«Los servicios para enfermedades como la tuberculosis, el VIH y la hepatitis se están viendo afectados. Más del 80 por ciento de los países de América Latina y el Caribe están informando de problemas en la prestación de tratamiento de la tuberculosis», ha explicado.
Etienne ha enfatizado que la situación representa un grave peligro ya que, si los pacientes se saltan las dosis o interrumpen el tratamiento, un problema manejable puede convertirse rápidamente en una infección activa que amenaza no solo al paciente, sino también a la familia y a los conocidos cercanos.
Según la OPS, a esta situación se le ha de añadir que un tercio de los países de América Latina también están experimentando interrupciones en las pruebas de detección de la hepatitis que son clave para la detección temprana y el tratamiento de la enfermedad.
EL PROBLEMA DE LAS ENFERMEDADES TRANSMITIDAS POR MOSQUITOS
En comparación con los dos primeros meses de 2019, durante enero y febrero de este año los casos de dengue en el continente americano han crecido un 139 por ciento. Sin embargo, desde que empezó la pandemia de coronavirus en marzo, la información de casos de dengue con fiebre ha disminuido y el de otras enfermedades como la malaria han caído más de un 40 por ciento.
«Sabemos que estos datos no nos cuentan toda la historia. Sin una vigilancia robusta seguimos sin saber el alcance de esta enfermedad que afecta a nuestra población y por lo tanto no podemos planificar suficientemente los servicios y salvar vidas. De hecho, para las enfermedades que son completamente curables, esto no es aceptable», ha comentado.
La directora de la OPS ha destacado que los mosquitos y los patógenos que estos transmiten siguen circulando y que, sin pruebas ni tratamiento, los casos graves de enfermedades causadas por estos insectos podrían pasar de enfermedades fácilmente tratables a la muerte.