El Ministerio de Salud de Brasil ha informado este jueves del fallecimiento de 139.808 personas por la COVID-19 desde que estalló la crisis sanitaria el pasado mes de marzo, al sumar los 831 decesos que se han registrado en las últimas 24 horas.
El número de casos acumulados ha ascendido a 4.657.702, de los cuales 4.023.789 corresponden a personas que han logrado superar la enfermedad provocada por el nuevo coronavirus. El último parte de las autoridades ha contabilizado 32.817 contagios más.
Por otro lado, el estado de Sao Paulo sigue sumando nuevos contagios y ya cuenta con un acumulado de 958.240 y 34.677 fallecidos. Al igual que Río de Janeiro, con 257.985 contagios confirmados y 18.037 óbitos.
Asimismo, en el noreste de Brasil, el estado de Bahía es actualmente otro de los principales focos de la pandemia, con 301.248 positivos y 6.455 víctimas mortales.
En vísperas de que Brasil supere la cifra de 140.000 fallecidos, el que fuera primer ministro de Salud del Gobierno de Jair Bolsonaro, Luiz Henrique Mandetta, ha hablado para la cadena Globo.
Mandetta ha contado que el presidente Bolsonaro mostró una actitud «bien negacionista y rabiosa» cuando le hizo saber que el país se enfrentaba a la posibilidad de enterrar a 180.000 personas si no se actuaba frente a la pandemia.
«Él se acercó a la cantinela de aquellas personas que están a su alrededor y le dicen lo que él quiere escuchar», ha criticado también Mandetta, cuyas sonadas diferencias con Bolsonaro le costaron la titularidad del Ministerio de Salud en pleno estallido de la pandemia.
Si bien el presidente brasileño se mostraba reticente a decretar el confinamiento, Mandetta apoyó públicamente estas medidas que gobernadores y alcaldes sí llevaron a cabo, generando airadas críticas de Bolsonaro, quien acusó a las autoridades locales de implantar «un remedio peor que la enfermedad», a la que calificó de «gripecita».