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Venezuela entra en la ‘lista negra’ de la OIT

Sector laboral

Oficinas de la OIT

Al Gobierno de Nicolás Maduro se le agota el margen de maniobra en la Organización Internacional del Trabajo (OIT). El pasado 12 de noviembre ese organismo admitió la queja interpuesta por Fedecámaras en junio de 2015 en el marco de la 104 Conferencia Internacional del Trabajo. Al Gobierno de Nicolás Maduro se le agota el margen de maniobra en la Organización Internacional del Trabajo (OIT). El pasado 12 de noviembre ese organismo admitió la queja interpuesta por la Federación de Cámaras y Asociaciones de Comercio y Producción de Venezuela (Fedecámaras) en junio de 2015 en el marco de la 104 Conferencia Internacional del Trabajo.

Esa decisión implica que si el Consejo de Administración de la OIT no recibe en un tiempo prudencial (hasta enero 2016) una respuesta satisfactoria del Gobierno venezolano, en marzo del próximo año ese consejo puede nombrar una “Comisión de Investigación” con facultad para instalarse en Venezuela sin autorización de las autoridades y constatar las denuncias formuladas por los empresarios.

Esa “Comisión de Investigación” o también conocida como “Comisión de Encuesta” es el procedimiento de más alto nivel que realiza la OIT y dependiendo de sus resultados puede derivar, incluso, con la exclusión del país investigado de ese organismo. “El sólo hecho de que se admita una comisión de encuesta o investigación es grave, estar en esa lista corta es estar en la lista de forajidos del mundo”, asegura una fuente ligada al proceso seguido desde hace años por Fedecámaras en la OIT.

Si en marzo se confirma la decisión de enviar esa comisión de investigación, Venezuela sería el décimo tercer país sujeto a ese tipo de proceso en los 104 años de historia de la OIT, pese a que el Gobierno y el presidente de la República se proclaman como “obreristas”. Venezuela se sumaría a casos como los de Portugal (1962), Liberia (1963), Polonia (1982), Nicaragua (1987) y Zimbawe (2010), entre otros.

“Fedecámaras ha denunciado durante años los constantes ataques verbales por parte de voceros gubernamentales o grupos afectos al gobierno, ataques al edificio sede de la Institución, intimidación y estigmatización del empresariado, las detenciones ocurridas en el último año contra más de 15 líderes de gremios afiliados a la federación y la multiplicidad de leyes habilitantes dictadas en absoluta ausencia de diálogo, excluyendo a las organizaciones independientes de trabajadores y empleadores del país; medidas todas que contradicen los principios que promueve la OIT en los citados Convenios que han sido ratificados por Venezuela”, resumió la semana pasada la institución empresarial en un comunicado de prensa.

Otras fuentes consultadas señalan que además de la queja de Fedecámaras por los incumplimientos de parte del Gobierno de los convenios 26, 87 y 144 de la OIT, para la postura del Consejo de Administración también han sido clave las denuncias formuladas por los movimientos sindicales independientes sobre violaciones y atropellos de las autoridades a sus derechos.

La semana pasada la Unión Nacional de Trabajadores (Únete) también celebró en un comunicado la decisión del Consejo de Administración de la OIT. “Es lamentable que se haya tenido que acudir a organizaciones internacionales para que el Ejecutivo escuche a la clase trabajadora”, expresó Roger Palacios, coordinador de Únete del área de alimentos.

Palacios denunció en Ginebra la crisis que atraviesa la industria de alimentos y, en consecuencia los trabajadores, por la falta de materia prima y la política de importaciones del Gobierno. “Necesitamos que el Gobierno responda a las exigencias de los trabajadores y nos cumpla. Podremos salir de esta crisis respetando los convenios internacionales y siguiendo las recomendaciones de los organismos de control. Además de activar un verdadero diálogo social entre Gobierno, sector privado y trabajadores”.

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