La integración de las bolsas de Perú, Chile y Colombia ha tropezado con algunos obstáculos inesperados. Esta semana, los responsables del mercado de valores de Lima han optado por aplazar su participación en el proyecto, hasta que no se resuelvan las diferencias existentes en la fiscalidad aplicada a las ganancias bursátiles que separan, ahora, a este parqué de los otros dos. Esto, de momento, supone que Chile y Colombia deberán revisar el calendario inicialmente previsto para la culminación del proyecto unitario. Sin embargo, las plazas bursátiles de ambos países han tomado otros caminos tras el frenazo e intentan cubrirse las espaldas ante la posibilidad de que la alianza no se materialice finalmente. La integración de las bolsas de Perú, Chile y Colombia ha tropezado con algunos obstáculos inesperados. Esta semana, los responsables del mercado de valores de Lima han optado por aplazar su participación en el proyecto, hasta que no se resuelvan las diferencias existentes en la fiscalidad aplicada a las ganancias bursátiles que separan, ahora, a este parqué de los otros dos. Esto, de momento, supone que Chile y Colombia deberán revisar el calendario inicialmente previsto para la culminación del proyecto unitario. Sin embargo, las plazas bursátiles de ambos países han tomado otros caminos tras el frenazo e intentan cubrirse las espaldas ante la posibilidad de que la alianza no se materialice finalmente.
El pasado mes de noviembre Chile, Perú y Colombia firmaron un acuerdo según el cual sus mercados de valores se integrarían pero sin perder su autonomía. Es decir, estas bolsas y sus depósitos se interconectarían a partir de 2011, aunque siempre con la conservación de sus plataformas de negociación, compensación y liquidación. Este convenio, llamado Mercado Integrado Latinoamericano (Mila) contemplaba que los corredores de cada una de las bolsas podrían ingresar órdenes en los otros mercados por cuenta de intermediarios de dichas naciones, mediante contratos de corresponsalía.
Mediante el Mila se conformaría la segunda plaza bursátil de Latinoamérica, con un capital accionariado de 600.000 millones de dólares (457.411 millones de euros). El mercado de valores brasileño, el Bovespa, continuaría en el primer puesto de la región, con una capitalización de 1,3 billones de dólares (991.060 millones de euros).
Sin embargo, como decíamos antes, el mercado peruano no estará presente en esta ‘unión’. Los responsables de la Bolsa de Valores de Lima han puesto como requisito indispensable para la integración de este mercado con los de Colombia y Chile la aprobación de una ley que adecue a las prácticas de los mercados bursátiles internacionales el impuesto sobre la renta que se aplican a las ganancias de la bolsa de este parqué.
En diciembre de 2009, el gobierno peruano aprobó una ley según la cual los inversores que depositan sus finanzas en compañías domiciliadas en un país extranjero deberían pagar un 30% en cuestión de impuestos por las ganancias que obtuvieran por las acciones de dicha compañía. Por otra parte, el impuesto que deben pagar las personas que ostentan valores de empresas peruanas es de un 5%.
Según ha comentado Claudio González, experto de la casa de análisis chilena Tanner Corredores, “el gobierno peruano estableció esta ley para poder aumentar la recaudación fiscal”. Sin embargo, ha sido una iniciativa muy impopular. “Se ha presionado mucho este año para que la quiten”.
En este sentido, dicho impuesto ha perjudicado considerablemente al mercado peruano. Si bien su rentabilidad es bastante elevada, ésta ha bajado a la mitad durante 2010 frente al año pasado, cuando no existía la traba fiscal. De esta forma, la rentabilidad registrada por la plaza bursátil peruana durante 2009 fue del 202%, mientras que la acumulada a menos de dos semanas de que termine el presente ejercicio es del 55,5%.
Esta ley haría que la bolsa de Perú no fuera competitiva con respecto a la de Colombia y la de Chile, por lo que el país que preside Alan García ha decidido quedarse fuera del acuerdo de integración que uniría a estos tres mercados. Esto es en lo que se ha escudado Roberto Hoyle, presidente de la Bolsa de Valores de Lima, para anunciar la ‘renuncia’ peruana. Según ha comentado Hoyle, con esta ley en vigencia los inversores chilenos y colombianos huirían de Perú, pues tendrían que pagar dicho impuesto del 30% por las acciones que se transan en este parqué. Sobra decir que las bolsas de Chile y de Colombia están exentas de este tipo de trabas.
El pasado mes de junio el gobierno peruano presentó al Congreso un proyecto de ley que buscaba simplificar la aplicación del impuesto sobre la renta y adecuarla a las prácticas de los mercados bursátiles internacionales. Este proyecto unifica la tasa de impuestos al 5% para todos los inversores y para todo tipo de empresas. Sin embargo, el año legislativo ya ha terminado y el Congreso no ha evaluado dicha reforma de ley. Ahora sólo queda una posibilidad: que sea la Comisión Permanente del Congreso la que retome la discusión de la ley. Esta comisión puede votar y aprobar normas de carácter de urgencia.
Y según ha prometido el presidente de la Bolsa de Valores de Lima, sólo con la aprobación de esta reforma de ley Perú entraría en el Mila. “Puede ser que la Bolsa de Valores esté tratando de usar alguna estrategia para que definitivamente quiten el impuesto del 30%”, opina Claudio González.
Por su parte, Colombia y Chile han anunciado que seguirán adelante en el proceso de integración de sus mercados, si bien tendrán que revisar el calendario inicialmente previsto, por lo que dicho proceso se aplazaría.
Pero, evidentemente, Colombia y Chile sufrirán consecuencias si Perú no entra en el Mila. Si bien la salida eventual del pequeño mercado peruano no tiene relevancia en cuanto a la liquidez que tendrá el Mila una vez integrado, estos dos países sí pierden la oportunidad de tener un mercado más diversificado.
José Fernando Restrepo, director de Investigaciones Económicas de la firma de análisis colombiana Interbolsa, ha comentado a Americaeconomica.com que “Perú ofrecía al Mila la diversificación en el sector minero, ya que el 60% de su bolsa está copada por compañías de dicho sector”.
Un sector de gran relevancia para Latinoamérica y, sobre todo, para Chile. La economía chilena se sustenta en gran medida en las producciones y exportaciones de materias primas, pero las compañías relacionadas con el ámbito minero apenas tienen presencia en su Bolsa de Valores.
Y, por otra parte, pone en peligro la integración de estas plazas. De todas formas, tanto Colombia como Chile tienen las espaldas bien cubiertas en lo que se refiere a la expansión internacional de sus bolsas. Por una parte, Colombia tiene una buena cantidad de acuerdos de promoción de inversiones con diversos países, entre ellos Perú. Además, hace unas escasas semanas abrió las puertas a su Mercado Global Colombiano (MGC), mercado en el que están listadas una buena cantidad de ‘blue chips’ estadounidenses. Por otra parte, Chile ha firmado un acuerdo de integración con la principal bolsa latinoamericana, la brasileña.
En efecto, esta misma semana Juan Manuel Santos, presidente de Colombia, ha firmado un Acuerdo de Promoción y Protección Recíproca de Inversiones (Appri) con su homólogo japonés, Naoto Kan. José Fernando Restrepo aseguró a Americaeconomica.com que “este acuerdo se enmarca dentro de la pretensión del gobierno colombiano de diversificar sus fuentes de inversión y el destino de sus exportaciones”.
Este convenio establece un marco jurídico transparente para la promoción y protección de los flujos de Inversión Extranjera Directa entre Colombia y Japón, dentro de los estándares reconocidos por el derecho internacional. Es decir, mediante el Appri, Japón da al inversor colombiano el mismo trato que le otorga al japonés, y viceversa.
Sin embargo, no es el primer Appri que firma el gobierno colombiano. Juan Manuel Santos ya cuenta con otros tres acuerdos, con España, Perú y Suiza. Además, negocia otros con China, India, Corea del Sur, Reino Unido y Kuwait, además de una profundización en el que ya tiene con su ‘socio’ latinoamericano.
Por otra parte, hace apenas unos días la Bolsa de Valores de Colombia (BVC) dio el pistoletazo de salida al nuevo Mercado Global Colombiano (MGC), en lo que fue un paso más hacia la “internacionalización del mercado colombiano”, en palabras del presidente de la BVC, Juan Pablo Córdoba. A través de este mercado, los inversores colombianos pueden acceder a las grandes compañías estadounidenses.
Nicolás Pardo, analista especializado en acciones de la firma Valores Bancolombia, ha explicado a esta publicación que el MGC “busca que los inversores locales tengan acceso a títulos extranjeros, que serán tratados como títulos locales”. De esta forma, el inversor del país “verá incrementada la base de instrumentos disponibles para su cartera”.
El MGC es un conjunto de ‘blue chips’ o grandes compañías, principalmente estadounidenses, que se listarán en la Bolsa de Valores de Colombia. Estos valores se emitirán fuera de Colombia por emisores nacionales o extranjeros bajo una regulación diferente a la colombiana y no requieren inscripción en el Registro Nacional de Valores y Emisores. El mecanismo de negociación funcionará de manera exacta al de las acciones de empresas que están registradas como emisoras locales. Los valores se negociarán en pesos y a través de un grupo comisionista local que custodia las acciones a través del depósito centralizado de valores.
Para terminar, Chile también se ha ‘aliado’ con Brasil. En efecto, la Bolsa de Valores, Mercaderías y Futuros, o BM&FBovespa, ha firmado un acuerdo de operación conjunta con la Bolsa de Comercio de Santiago. Este acuerdo tiene por objetivo alcanzar la conectividad entre los dos mercados, lo que permitirá que corredoras de la bolsa de Santiago puedan enviar órdenes de compra y venta para la negociación de productos y activos brasileños listados en el Bovespa, y viceversa. También permitirá la distribución de información bursátil y el desarrollo de nuevos productos en el mercado chileno, como los derivados, instrumentos financieros de los que Brasil cuenta con una gran experiencia.
Tal y como afirmó entonces José Antonio Martínez, el gerente general de la plaza chilena, a los medios de comunicación locales después de la rúbrica del contrato, “el concepto es que para vender en Latinoamérica ya no sea necesario ir a Nueva York”.
Esta es la pretensión general de todos los acuerdos e iniciativas tomadas en los últimos dos meses por los mercados latinoamericanos. Hasta ahora, si un corredor de bolsa de una nación de América Latina quería comprar acciones que cotizaran en el mercado de otro país de la región, tenía que acudir, o bien a dicho mercado, o bien a Wall Street. Sin embargo, estos acuerdos de integración permitirán que los actores del mercado no tengan que acudir a Nueva York para realizar este tipo de transacciones.