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La ciudad se está convirtiendo en el polo de atracción tecnológica de la región

Sao Paulo, el Silicon Valley brasileño

Desde la toma de posesión de Dilma Rousseff hace casi nueve meses, Brasil se ha dedicado intensamente a mejorar su vertiente tecnológica, consciente de las ventajas económicas y sociales que una buena industria relacionada genera para un país. La ciudad de Sao Paolo, de 20 millones de habitantes y la más poblada de toda Sudamérica, se ha convertido en el polo de atracción tecnológico por excelencia, al igual que ocurre con Silicon Valley en EEUU, de un país que aspira a convertirse en una potencia del sector. Desde la toma de posesión de Dilma Rousseff hace casi nueve meses, Brasil se ha dedicado intensamente a mejorar su vertiente tecnológica, consciente de las ventajas económicas y sociales que una buena industria relacionada genera para un país. La ciudad de Sao Paolo, de 20 millones de habitantes y la más poblada de toda Sudamérica, se ha convertido en el polo de atracción tecnológico por excelencia, al igual que ocurre con Silicon Valley en EEUU, de un país que aspira a convertirse en una potencia del sector.

No en vano, Sao Paolo es considerada por los brasileños como una ciudad repleta actividad, hasta el punto de que le han puesto el epíteto de “la ciudad que no puede parar”. Además, según el ránking del 2010 de la Web América Economía, la urbe es la tercera mejor donde hacer negocios en América Latina, sólo por detrás de Miami y Santiago de Chile. Un dato que explica a la perfección la atracción que la moderna industria tecnológica siente hacia Sao Paolo.

La empresa señera en las últimas tendencias del mercado, Apple, ya se encuentra ligada a Brasil. La compañía Foxconn, especializada en la fabricación de componentes para la firma de Steve Jobs (y también para otros grandes nombres, como Amazon, Nokia o Sony Ericsson), se prepara para su despegue en el municipio de Jundiaí, precisamente en Sao Paulo, donde ha comenzado a fabricar los populares reproductores iPod. Es la primera vez que ello ocurre fuera de China.

Para la empresa de telecomunicaciones española Telefónica, Brasil se ha convertido en uno de sus principales mercados, cuya importancia ya es vital para los resultados comerciales de la compañía. Por ello, ha decidido apostar fuerte y localizar su sede en el país en la ciudad de Sao Paulo, desde donde espera implementar programas de ADSL y telefonía que le permitan ganar control sobre el atractivo mercado local. Para ello, no ha escatimado en gastos y ha decidido alquilar el edificio Eco Berrini, con 47.122 metros cuadrados durante 10 años, en la mayor operación inmobiliaria de ese tipo hecha en Brasil por un único inquilino.

El interés de Telefónica por Sao Paulo no es casualidad, ya que el gigante sudamericano está reorientando durante los últimos meses su capacidad económica hacia las nuevas tecnologías, un sector pujante en el que Dilma Rousseff desea hacerse un hueco. La eliminación de tasas e impuestos a la fabricación de tabletas, la apertura del mercado de la televisión de pago o la instalación de un taller de fabricación de pantallas líquidas (la primera fuera de Asia) son los últimos movimientos de la nación brasileña en ese sentido.

Precisamente la industria de las tabletas, cuya fama y moda han alcanzado cotas planetarias, es el objetivo de Dilma. El Gobierno brasileño ha decidido impulsar una reducción de impuestos para aquellas empresas dedicadas a la fabricación de tabletas que se desplacen al país. La reducción podría alcanzar un notable 31%, una manera de lanzar un guiño a los fabricantes internacionales, a los que Rousseff también quiere seducir para que produzcan los componentes más importantes de los aparatos en el propio país. Una posibilidad en la que Sao Paolo parece un destino preferente en ese sentido.

La urbe lleva un largo periodo de tiempo enfrascada en las obras de mejora y acondicionamiento de cara al Mundial de 2016, de la que será una de las sedes, y de lucha contra la violencia y las bandas de las favelas. Está gobernada por el ingeniero civil y economista Gilberto Kassab, cuyo mandato terminará en 2012 y que pertenece al partido de centro-derecha de corte liberal Democratas (DEM). En 2009 la ciudad contaba con un 9,6% de desempleo y uno de sus retos es mejorar el marco social.

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