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La torpeza de Elías Jaua tensa las relaciones entre Venezuela y Brasil

Relaciones internacionales

Elías Jaua, ministro de Comunas y Movimientos Sociales de Venezuela

El canciller de Brasil, Luiz Alberto Figueiredo, pidió el miércoles al Encargado de Negocios de la Embajada de Venezuela en Brasilia, Reinaldo Segovia, explicaciones sobre el viaje de Elías Jaua, para reuniones políticas sin informar previamente. El ministro de Relaciones Exteriores de Brasil, Luiz Alberto Figueiredo, pidió el miércoles al Encargado de Negocios de la Embajada de Venezuela en Brasilia, Reinaldo Segovia, explicaciones sobre el viaje, la semana pasada, del ministro venezolano de Comunas y Movimientos Sociales, Elías Jaua, para reuniones políticas sin que el Gobierno brasileño fuese informado previamente.

En la diplomacia, la falta de aviso puede ser interpretada como injerencia en asuntos internos, y puede afectar el vínculo diplomático entre dos países. A pesar de no haber informado a la Cancillería brasileña de su viaje, el ministro venezolano divulgó la agenda y los convenios firmados en el site de su ministerio y a través de las redes sociales.

El ministro venezolano de Comunas, Elías Jaua, informó haber establecido convenios con representantes de la industrias farmacéutica en el estado de Paraná, haber conocido experiencias de transporte público y gestión de residuos en la alcaldía de Curitiba y haber firmado acuerdos de cooperación con el Movimiento de los Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST).

En la carta que publicó al llegar al país, tratando de explicar el motivo del viaje, Jaua detalló una serie de actividades. Quiso mostrarse como el dirigente voluntarioso y de actividad intensa. Era una manera de tapar el escándalo del arma encontrado en el maletín de su propiedad pero que portaba su empleada de confianza. En la misma carta se declara un luchador contra la injerencia extranjera, que es precisamente lo que ahora protesta Brasil, pues, como señala la Agencia Brasil 247 “ninguna de sus actividades en el país fueron informadas previamente al Ministerio de Relaciones Exteriores de Brasil”.

La estadía de Jaua en Brasil trascendió, además, por un incidente policial: el viernes 24 de octubre a una empleada doméstica del funcionario venezolano le fue confiscada un arma en el aeropuerto de Sao Paulo, adonde desembarcó en un avión de la petrolera estatal Pdvsa. La empleada de Jaua, Yaneth Anza, estuvo ocho días detenidas hasta que obtuvo un hábeas corpus para responder en libertad a una causa por presunto tráfico de arma.

Jaua, en defensa de su empleada, dijo ante el juzgado por medio de un escrito que el arma le pertenecía y que había llegado a Brasil por error de Anza en la preparación del equipaje.

Figueiredo, citado por la estatal Agencia Brasil, le dijo al representante diplomático venezolano en Brasilia que “le extrañó” la agenda política de Jaua en Brasil, incluyendo acuerdos con movimientos sociales brasileños.

En la diplomacia, la falta de aviso puede ser interpretada como injerencia en asuntos internos, y puede afectar el vínculo diplomático entre dos países. A pesar de no haber informado a la Cancillería brasileña de su viaje, el ministro venezolano divulgó la agenda y los convenios firmados en el site de su ministerio y a través de las redes sociales.

En la web del ministerio venezolano de Comunas, Jaua informó que los acuerdos con los Sin Tierra fueron firmados en las áreas de formación y desarrollo de productividad comunitaria. Los convenios buscan -dijo el organismo venezolano- el intercambio de experiencias. “Tenemos que fortalecer lo que es fundamental en una revolución socialista, que es la formación, conciencia y organización del pueblo para defender lo conquistado y seguir avanzando en la construcción de una sociedad socialista”.

La cancillería brasileña no hizo mención al episodio de la prisión de la empleada doméstica de Jaua en territorio brasileño.

El viaje inconsulto de Jaua a Brasil -en víspera de la elección presidencial- resultó además en un pedido del diputado opositor Ronaldo Caiado (del partido Demócratas) para interpelar al propio Figueiredo a fin de que brinde explicaciones sobre el convenio firmado entre Jaua y el MST.

A pesar de no estar obligado a comparecer, el ministro de Relaciones Exteriores confirmó que asistirá a la audiencia ante la Comisión de Relaciones Exteriores y de Defensa Nacional de la Cámara de Diputados, el 19 de noviembre.

Esto indica que en Brasil la averiguación no cesará, pese a que en Caracas, la Asamblea Nacional, controlada por el chavismo, descarta investigar a Jaua. Sin embargo, la iniciativa brasileña le brinda una oportunidad de oro a la bancada opositora en la Asamblea Nacional para no abandonar el caso.

De paso, ayer se informó sobre el repentino “cese de funciones” del general Diego Molero como embajador de Venezuela en Brasil – la manera más elegante de informar que alguien ha sido destituido de su cargo-, mueve a dudas por lo cercano del escándalo que arrastra Elías Jaua. La verdad es que la medida nada tiene que ver con el caso, lo cual resulta una torpeza en sí del gobierno de Maduro, ejecutar el movimiento del embajador, justamente ahora, aunque fuentes informan que a Molero jamás lo recibió Dilma en todo el tiempo que estuvo en Brasil.

Lo cierto es que Jaua ha metido en problemas al gobierno de Maduro. Lo hizo quien hasta hace poco fue canciller de Venezuela, y al menos debe conocer las formalidades diplomáticas para este tipo de eventos. Tratando de explicar, habló de más, se abrió por completo. De allí la reacción de Brasil.

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