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La apuesta de Uruguay por las renovables se materializa en la baja de la factura de la luz

Rápida implantación

José Mujica, presidente de Uruguay

La apuesta de Uruguay por las energías renovables y su rápida implantación en la matriz energética ha dejado de ser una noticia recurrente para materializarse en algo tangible para los uruguayos: la bajada del precio de la luz. La apuesta de Uruguay por las energías renovables y su rápida implantación en la matriz energética ha dejado de ser una noticia recurrente para materializarse en algo tangible para los uruguayos: la bajada del precio de la luz.

El diario El País asegura que este cambio de vertiente tiene que ver con las lluvias que este año han llenado los embalses y se ha traducido en que el 84% de la energía eléctrica de Uruguay venga de recursos propios como el viento, el sol, la lluvia o la quema de desechos de los cultivos agrícolas.

Al parecer, todo apunta a que las energías verdes podrían alcanzar pronto el 40% de la matriz energética local, mientras el promedio mundial no supera el 17%. Así las cosas, a partir de este mes los hogares pagarán un 5,5%

Esta rebaja supone un alivio en un país donde la energía es cara. A pesar de que en los últimos años el precio de la electricidad ha ido subiendo por debajo de la inflación (lo que viene a ser cierto ahorro para el consumidor) ahora la rebaja es directa.

Con una población de poco más de 3,2 millones de habitantes, el país presidido por José Mujica no dispone de petróleo ni de gas natural propio como otros países de su entorno, de ahí que la factura energética supusiese una losa sobre su productividad.

Al tratarse de productos caros, parte de la población estaba condenada a pasar frío (cabe recordar que Montevideo es la capital más austral de Latinoamérica y el invierno dura cuatro meses) y consideraban un lujo las comodidades como el lavavajillas o la secadora de ropa.

Los ingresos medio de una familia uruguaya son unos 1.300 euros, de los que deben usar 160 al añadir la calefacción. Por su parte, las familias más humildes cuentan en sus cuentas mensuales con unos 282,4 euros, lo que les hace imposible pagar este servicio.

En cualquier caso, la apuesta por las energías renovables podría hacer que dentro de diez años la enorme dependencia que ha desarrollado el país por el petróleo desaparezca y fuera autosuficiente.

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