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Lula busca el apoyo de Eike Batista para 'someter' a los accionistas Vale do Rio

Objetivo: Blackrock

Las críticas de los accionistas estadounidenses de Vale do Rio, entre los que figura Blackrock, no han frenado la intención de Lula da Silva de obligar al gigante minero a aumentar su inversión en el mercado nacional. El presidente podría haber encontrado en el magnate Eike Batista al aliado perfecto para conseguir que la compañía atienda sus exigencias. La estrategia parece evidente: Lula necesita el favor de los accionistas y Batista, con un bolsillo repleto de billetes listos para la inversión, aspira a convertirse pronto en uno de ellos. Tal vez con ese fin, ambos se han reunido esta semana en Washington en el marco de la Asamblea General de Naciones Unidas. Las críticas de los accionistas estadounidenses de Vale do Rio, entre los que figura Blackrock, no han frenado la intención de Lula da Silva de obligar al gigante minero a aumentar su inversión en el mercado nacional. El presidente podría haber encontrado en el magnate Eike Batista al aliado perfecto para conseguir que la compañía atienda sus exigencias. La estrategia parece evidente: Lula necesita el favor de los accionistas y Batista, con un bolsillo repleto de billetes listos para la inversión, aspira a convertirse pronto en uno de ellos. Tal vez con ese fin, ambos se han reunido esta semana en Washington en el marco de la Asamblea General de Naciones Unidas.

Parece seguro que el futuro de Vale do Rio centró las conversaciones. Y de muchos es conocido el aprecio del mandatario por el magnate, que en los últimos días ha anunciado que dispone del capital suficiente para invertir 10.300 millones de dólares en el país hasta el 2012.

Razón no le falta a un empresario que cuenta, entre otras cosas, con 6.200 millones de dólares en caja en sus cuatro compañías cotizadas en Bolsa y otros 3.000 millones en EBX, su principal corporación privada.

Justo el capital que anda buscando Lula para que Vale no solo se convierta en la mayor siderúrgica del mundo, sino que sea una fuente casi inagotable de creación de puestos de trabajo. Las aspiraciones del mandatario no estarían exentas, por supuesto, de algunos problemas, como que si Vale aspira al liderazgo siderúrgico mundial estaría forzada a competir con sus propios clientes, como ArcelorMittal, que es el mayor comprador de hierro de la firma.

Todo parece indicar que las reuniones entre ambos se sucederán en las próximas semanas, ya que para conseguir su objetivo, Batista deberá antes sortear grandes obstáculos. De momento, el brasileño ya ha recibido la negativa de Bradesco para adquirir la participación que el banco tiene en la compañía a través de Bradespar. Este holding posee un 21% de las acciones de Valepar, un fondo que controla más de la mitad del capital de Vale.

Pero los rumores apuntan a que, ante la negativa de Bradesco, el magnate podría intentar otra estrategia, que consistiría en adquirir la participación que Previ, el mayor fondo de pensiones de Latinoamérica, tiene en la compañía minera.

Los analistas de la firma Raymond James & Associates enviaron una nota a sus clientes en la que aseguraban que esta última opción es la más factible para Batista, ya que existe una nueva regulación por la que los fondos de pensiones deben reducir hasta el próximo año 2014 su exposición al mercado bursátil hasta el 50%, desde el 60% actual.

Previ, fondo de pensiones de Banco do Brasil, es el accionista mayoritario de Valepar. El Gobierno carioca también tiene un 6,9% del capital flotante de Vale a través del banco de desarrollo BNDES.

Sea cual sea el futuro de esta participación, los inversores cuentan, al menos, con la confianza del buen desempeño bursátil que las empresas de Eike Batista han registrado en lo que va de año en el parqué carioca. Las cuatro firmas integradas en el grupo EBX han duplicado su cotización este año. El empresario ha pasado este año del puesto 142 al 61 en la lista de hombres más ricos del mundo de la revista Forbes.

Pero aunque Batista consiga su objetivo y Lula cuente con su apoyo, el presidente aún deberá enfrentarse a los inversores que le acusan de perjudicar sus intereses en la compañía que preside Roger Agnelli con su fuerte presión política para la construcción de más fábricas de acero en el país.

El 16% de las ventas de Vale proviene del mercado brasileño, y el objetivo de Lula es que esta cifra aumente de forma continuada en los próximos años. La construcción de las fábricas es una más de las peticiones que Lula ha hecho a la compañía minera en los últimos meses. El presidente inició su particular batalla después de que la crisis financiera global obligase a la firma a recortar su plantilla y su producción en el país carioca.

El pasado mes de agosto, el ministro de Presupuestos brasileño, Paulo Bernardo, volvía a arremeter contra la política de exportaciones de Vale do Río. Según el Instituto Brasileño del Acero, las importaciones del mineral han aumentado un 25,9% en el primer semestre del año, y Bernardo considera escandalosas estas cifras siendo la empresa local la mayor productora mundial. Tal vez el malestar del Gobierno con la compañía provenga de las últimas declaraciones del presidente de la firma, Roger Agnelli, que recientemente se ha defendido asegurando que “el dinero está en Asia”, donde se dirige el 41% de su negocio, frente al 17% del mercado local.

Para muchos analistas esta política de Lula también podría poner en riesgo los beneficios de la compañía, en un momento en el que las grandes mineras internacionales también han retrasado proyectos e inversiones para hacer frente a la caída de la demanda.

El cruce de acusaciones podría endurecerse después de que el Ministro de Energía y Minas del país, Edison Lobao, haya propuesto un aumento de las regalías que Vale paga por sus beneficios al Estado.

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