La ley educativa de Enrique Peña Nieto, el presidente de México, presentada en diciembre de 2012 y aprobada por el Congreso se enfrenta con la resistencia de los Estados de la República. Estos se unen con los trabajadores educativos, que mostraron su repulsa desde el principio. La ley educativa de Enrique Peña Nieto, el presidente de México, presentada en diciembre de 2012 y aprobada por el Congreso se enfrenta con la resistencia de los Estados de la República. Estos se unen con los trabajadores educativos, que mostraron su repulsa desde el principio.
Parece que el mandatario no hace más que encontrarse con piedras en su camino. En el caso de los estados, tiene que ver con que no puede aplicarse la norma en zonas que tengan sus propias competencias, lo que dificulta la ejecución del proyecto.
Las seis nuevas normas que interpuso el presidente entre el 14 y 30 de abril fueron polémicas, puesto que promueven un juicio contra los gobernadores y congresos locales de Oaxaca, Chiapas, Michoacán, Sonora, Zacatecas y Baja California por omisiones o normas aprobadas que impiden la armonización de las leyes de cada entidad con los mandatos de la reforma y las leyes secundarias de Educación y del Servicio Profesional Docente.
En todos los casos anteriormente señalados, el Gobierno encontró varios artículos que violan la autoridad normativa del Gobierno federal y en particular, en el de Oaxaca, se demanda que concluido el plazo, el Estado no haya iniciado tan siquiera el proceso para modificar su ley local.
Según Gilberto Guevara Niebla, consejero del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE), hay “un problema en la estructura del federalismo mexicano. Durante el siglo XX dominó el centralismo bajo un mando autoritario. Con el marco de la democratización ha habido intentos por establecer nuevas relaciones entre Gobierno federal y estatales, pero no acaba de asentarse el nuevo ordenamiento”.
Según él, “esta una reforma muy sofisticada con muchos cambios que tocan de forma central las condiciones laborales de los trabajadores”.
Además, de ellos, comenta que los más importantes tienen que ver con que la promoción, entrada y salida de los docentes esté sujeta a la evaluación del magisterio. “Esto genera desconfianza en el gremio al ver amenazada su permanencia”.
La polémica en torno a la reforma de Peña Nieto ha surgido porque modifica las condiciones laborales del maestro y propone una evaluación continua de estos.