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Los sindicatos anti-Kirchner se autoproclaman ganadores de la huelga general.

Movimientos sociales

Hugo Moyano, secretario general de la CGT

Dejando de lado encuestas y números, el secretario de la Confederación General del Trabajo (CGT) de Argentina, Hugo Moyano, ha asegurado que la huelga tuvo una altísima adhesión “pese a toda la presión y el aparato estatal del Gobierno para debilitar esta protesta”. Dejando de lado encuestas y números, el secretario de la Confederación General del Trabajo (CGT) de Argentina, Hugo Moyano, ha asegurado que la huelga tuvo una altísima adhesión “pese a toda la presión y el aparato estatal del Gobierno para debilitar esta protesta”.

Como la mayor parte de los sindicatos opositores pertenecen al sector de los transportes, fueron muchos los argentinos que no pudieron ayer acceder a su puesto de trabajo, aunque no han sido los únicos que se han adherido a la movilización.

De hecho, al caminero le acompañaron en su discurso Luis Barrionuevo de la CGT Azul y Blanca, Gerónimo Venegas (Uatre), Eduardo Buzzi (Federación Agraria) y Guillermo Pereyra de petroleros, entre otros.

El Gobierno, por su parte, ha desmentido la victoria de los sindicatos anti-Kirchner y ha asegurado que no cederá ante las presiones, el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, ha rechazado sus principales peticiones, como la reapertura de las paritarias o una modificación del Impuesto a las Ganancias.

Capitanich ha ofrecido los datos de seguimiento del Gobierno, basados en el contacto diario que mantiene el político con la prensa, que aseguran que “el 75% de los trabajadores quiso trabajar” durante la jornada de ayer.

Igual de críticos se han mostrado los ministros Agustín Rossi y Florencio Randazzo que han asegurado que la huelga ha sido “un fracaso absoluto y basado en la política”. Mientras que el subsecretario general de la Presidencia, Gustavo López, ha asegurado que todo es un plan para “debilitar al Gobierno”.

Randazzo, de hecho, se ha quejado algunos de los desperfectos sufridos en la ciudad a causa de la huelga. Como los vividos en los nuevos trenes chinos del ferrocarril de Sarmiento.

Esto ha sido lo único a lo que ha contestado la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, que ha dejado hablar a sus delegados. La presidenta, a través de su cuenta en la red social Twitter, ha asegurado que se trata de “un atentado”.

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