La irrupción de Ollanta Humala, político nacionalista y con pasado militar, en el panorama político peruano fue seguida de una oleada de rumores y miedos impulsados por medios del país y por su oponente en la carrera presidencial, Keiko Fujimori, que pintaban al mandatario como un nuevo Hugo Chávez dispuesto a poner en marcha políticas económicas radicales e intervencionistas en el mismo momento en que se hiciera con el poder. La agencia de calificación Moody´s ha sido en todo momento, aunque parezca paradójico, una de las principales instituciones en restar importancia a esos rumores y dar una valiosa pátina de credibilidad a Humala. La irrupción de Ollanta Humala, político nacionalista y con pasado militar, en el panorama político peruano fue seguida de una oleada de rumores y miedos impulsados por medios del país y por su oponente en la carrera presidencial, Keiko Fujimori, que pintaban al mandatario como un nuevo Hugo Chávez dispuesto a poner en marcha políticas económicas radicales e intervencionistas en el mismo momento en que se hiciera con el poder. La agencia de calificación Moody´s ha sido en todo momento, aunque parezca paradójico, una de las principales instituciones en restar importancia a esos rumores y dar una valiosa pátina de credibilidad a Humala.
Lo cierto es que Moody´s, a pesar de pertenecer al mundo financiero más neoliberal, continúa viendo con buenos ojos a Ollanta Humala, recientemente electo presidente peruano. En lo que algunos consideran la estrategia del palo y la zanahoria, desde la institución se han lanzado numerosos mensajes a lo largo de los últimos meses sobre una más que posible subida de la nota de solvencia peruana de Baa3 a Baa2 antes de que finalice el año 2011 Una subida que estaría ligada a un “buen comportamiento” de Humala, que por ahora ha demostrado respeto por las normas del libre mercado y del capitalismo, al contrario de lo que indicaban sus oponentes y críticos.
Moody´s, cuyo principal accionista es Warren Buffet, parece decidida a subir la calificación crediticia de Perú, algo que le daría un baño de credibilidad a un Humala que ha tenido que luchar duro para alejarse de la sombra de Hugo Chávez, con el que sus enemigos le comparaban insistentemente. Después de que, durante las pasadas elecciones presidenciales, la agencia que evalúa el riesgo soberano hiciera público un informe en el que calificaba de adecuadas las propuestas de política económica del entonces candidato Ollanta Humala, esta semana ha sido su vicepresidente, Patrick Esteruelas, el que ha reconocido que, sobre la base de la matriz crediticia y su crecimiento económico, Perú ya se merece una mejora.
«Moody’s podría subirle la calificación a Perú antes de finales de este año (…) si Ollanta Humala sigue demostrando el mismo compromiso de continuidad de las políticas públicas macroeconómicas implementadas a lo largo de los últimos 10 años», ha señalado Esteruelas, tal y como han recogido numerosos medios de comunicación.
El ejecutivo ha avanzado que la agencia puede, perfectamente, elevar la calificación antes de que finalice 2011. Esteruelas consideró que el nuevo gobierno de Humala introducirá, probablemente, de manera extremadamente gradual los cambios que anunció en la campaña. De esta forma, la agencia podría dar su beneplácito a dichos planes, que modificarían, entre otras cosas, el sistema de pensiones o impondrían una tasa a las ganancias de las mineras, uno de los motores de la economía peruana.
La tranquilidad continuó su entrada progresiva en Perú después de que Humala hiciera públicos los nombres de los ministros que compondrán su primer Gabinete, entre los que resaltaban tres hombres, en principio, ajenos a su programa político de redistribución social: Luis Castilla, el viceministro de Hacienda del presidente saliente, Alan García, a quien Humala ha otorgado el Ministerio de Economía y Finanzas; y dos cercanos asesores de Alejandro Toledo, Kurt Burneo, quien se hace con la cartera de Producción, y Daniel Mora, un general retirado del Ejército, que ocupará el Ministerio de Defensa. Los puestos, claves, se otorgaron con el fin de ofrecer una imagen integradora y de moderación que calme a mercados, empresarios e inversores, después de que Toledo y su partido Perú Posible aceptaran apoyar a Humala. Un esfuerzo al que Moody´s ha dado su beneplácito.
El miedo provocado por las medidas que el ya presidente nacionalista pudiera tomar, instigados por su opositora Keiko Fujimori y algunos medios durante la campaña de elecciones, ya hicieron tambalearse durante un periodo de tiempo la bolsa peruana. Sin embargo, Moody’s se mostró confiada entonces de que la intención de aplicar el impuesto a las sobreganancias mineras, propuesta de Humala, no alterarían radicalmente las perspectivas de inversión, siempre y cuando éstas permanezcan en consonancia con las normas internacionales y mientras que los precios de los productos básicos sigan siendo elevados. Ahora, de nuevo vuelve a enseñarle la zanahoria al nuevo presidente peruano, que ha encontrado en la agencia un atípico aliado en su lucha por ofrecer una imagen alejada del intervencionismo y el radicalismo.
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Moody´s, el atípico aliado de Humala
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