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Los expertos apuestan por los bonos argentinos indexados al crecimiento del PIB

La luz al final del túnel

La deuda indexada al Producto Interior Bruto (PIB) de Argentina, que ha tenido uno de los mejores comportamientos durante 2010, es una de las apuestas estrella para algunos expertos de país para este año. El previsible buen comportamiento de estos cupones podría ayudar a Cristina Fernández a resolver sus asuntos pendientes con el Club de París. La mandataria cuenta, además, con el apoyo de algunos fondos estadounidenses, que han asegurado que los bonos de deuda del país austral tendrán un avance considerable. De esta forma, los títulos argentinos podrían ver durante 2011 la luz al final del túnel en el que han estado inmersos desde hace casi diez años. La deuda indexada al Producto Interior Bruto (PIB) de Argentina, que ha tenido uno de los mejores comportamientos durante 2010, es una de las apuestas estrella para algunos expertos de país para este año. El previsible buen comportamiento de estos cupones podría ayudar a Cristina Fernández a resolver sus asuntos pendientes con el Club de París. La mandataria cuenta, además, con el apoyo de algunos fondos estadounidenses, que han asegurado que los bonos de deuda del país austral tendrán un avance considerable. De esta forma, los títulos argentinos podrían ver durante 2011 la luz al final del túnel en el que han estado inmersos desde hace casi diez años.

Fue en el año 2001 cuando Argentina suspendió pagos de deuda. Desde entonces, el país se ha topado de frente con el descrédito internacional. Sin embargo, la reestructuración de casi toda la deuda a la que ha llegado en 2010 la presidenta de la nación, Cristina Fernández, con sus acreedores, sumado al hecho de que previsiblemente este año podrían quedar solucionados algunos de los asuntos pendientes con los países que forman el Club de París, hacen que algunos expertos apuesten por la recuperación de la deuda del país austral.

Durante 2010, algunos hábiles brokers argentinos han recibido unas ganancias del 215% por los bonos de deuda pública asociados al crecimiento del país, o los bonos indexados al Producto Interior Bruto (PIB). En un contexto internacional marcado por una economía inestable y una crisis financiera, estos inversores compraron los bonos a 4,8 pesos y ahora los han vendido a 14,47 pesos.

Dicho comportamiento está relacionado con las expectativas de crecimiento de Argentina. Todo apunta a que durante 2010 la economía del país haya crecido en torno a un 9%.

“A principios de año los pronósticos no eran tan claros, pero a medida que 2010 transcurría mejoró la demanda de las materias primas y de los alimentos. Se comenzó a ver un auge en todos los países demandantes de la producción de Argentina, y un crecimiento interno tanto en estos como en el propio país”. Esto es lo que ha explicado Jackie Maubre, analista de la firma argentina Grupo Cohen, para argumentar la rentabilidad que han ofrecido durante el año pasado los bonos indexados al PIB. “Además, todos los bonos de deuda han crecido porque ha disminuido la prima de riesgo, a lo que ha ayudado el canje de deuda”, ha añadido.

La buena cosecha de alimentos básicos que ha tenido Argentina durante el año pasado sustenta el avance de su economía. “Las buenas perspectivas para 2010 tienen su fundamento, sobre todo, en las buenas cosechas de este año, que harán que entren más dólares en el país”, ha comentado a Americaeconomica.com Sergio Kam, analista de la sociedad de Bolsa local Sarquis di Biasi.

El buen comportamiento de los bonos de deuda ligados al PIB será palpable también durante 2011, si bien el crecimiento del país no será tan exagerado como durante el año pasado. Al menos, esto es por lo que apuestan los analistas. Las previsiones de la Comisión Económica Para América Latina (Cepal) apuntan a que durante este año Argentina crezca un 4,8%.

Algunos analistas consultados por esta publicación recomiendan estar atentos a los primeros días de enero. En este periodo, muchos economistas privados van a anunciar las nuevas estimaciones de crecimiento para el 2012, lo que puede traer algo de movimiento de carteras en este bono, en función del consenso al que lleguen dichos expertos para ese ejercicio.

Los cupones indexados al PIB son una especie de warrants que responden al crecimiento del país. Unos warrants son unos instrumentos financieros derivados que dan al comprador el derecho, pero no la obligación, de comprar o vender un activo subyacente a un precio determinado en una fecha establecida. Funcionan algo así como una especie de futuros. En el caso de estos cupones, dicho activo subyacente es “la unidad que está vinculada al crecimiento”, según ha explicado a Americaeconomica.com Juan Napoli, director de la casa de bolsa argentina Napoli.

Si la economía del país crece más de un 3,5%, el inversor que posea dichos títulos recibirá una compensación económica por ese buen funcionamiento económico. Si la nación no avanza más de dicha cifra, el inversor no recibirá ningún importe. “La fórmula de cálculo es muy compleja y existen algunos condicionantes”, ha comentado Mariano Kruskevich, experto de la casa de análisis Grupo SBS, a este diario. “Entre estos últimos, los más importantes son que el país debe crecer por encima del 3,5%, y, además, no se paga todo el exceso sobre este sino solo una parte”, ha añadido.

Maubre ha explicado a esta publicación que un segundo condicionante que se debe dar para que los títulos ligados al PIB otorguen a su poseedor el derecho de cobro en un año particular es “que los pagos acumulados no pueden superar la quita nominal de capital obtenida en la reestructuración de deuda” del año 2005. Es decir, los pagos totales a un inversor determinado no deberán sumar los 0,48 dólares por unidad, importe que corresponde a dicha quita nominal. Una vez alcanzado ese monto, “el instrumento no realizará más pagos”.

Esta condición lleva a los analistas a pensar que el título se cancelará en el año 2015. Esto es así debido a los altos montos que se pagarán por el crecimiento de este año y que se proyectan que se continuarán abonando en los próximos años, lo que hará que los pagos acumulados alcanzarían previsiblemente la quita de capital obtenida en la reestructuración, y llegarán así al límite de los 0,48 dólares por unidad.

Los expertos hablan de la reestructuración de deuda del año 2005 porque es, precisamente, éste el origen de los bonos ligados al PIB. Cuando el gobierno de Argentina canjeó parte de la deuda que estaba en situación de impago desde el año 2001, ofreció dichos cupones como “una cláusula para endulzar el canje y calmar los ánimos frente al descuento que se realizó por los bonos que se debían”, según las palabras de Kruskevich.

El gobierno consideró que esto atraería a sus acreedores ya que les permitiría participar en el crecimiento a futuro del país, de forma que con ellos pretendió dar un aliciente para que los acreedores aceptaran el canje. Sin embargo, el mercado no veía una posibilidad real de crecimiento, por lo que “hubo una percepción asimétrica. Los inversores no consideraban que tuvieran valor alguno, pero el gobierno observaba que valía tanto que lo usó para argumentar el gran descuento del canje”, ha añadido este analista.

De esta forma, y debido a que dicho cupón se comporta, como decíamos antes, más bien como un warrant, no tuvo un precio de emisión. Su valor nominal fue del 100%. “Fue un valor único, residual. No tenía adscrita ninguna amortización”, ha comentado Napoli. Su primer precio de negociación, según ha recordado este experto, rondó entre el 4,75 y el 5%. Hoy se sitúa en un 14,6%.

Los cupones tienen un vencimiento a treinta años, por lo que cumplirán su plazo el 15 de diciembre del 2035. Además, se emitieron en cuatro monedas. Un 44% del total fue denominado en pesos, un 29% en dólares, un 26% en euros y el restante 1% en yenes.

Sin embargo, hoy son los cupones denominados en pesos los que tienen una mayor acogida. La razón es que “el dólar no se ha ajustado respecto al peso, por lo que la gente ha preferido comprar estos cupones en pesos”, ha comentado Maubre.

Para terminar con la explicación de estos complejos títulos, ya sólo falta agregar que su pago es a año vencido. Es decir, en el año 2011 se abonará el importe asociado al crecimiento de Argentina durante el año 2010. De esta forma, el pasado mes de diciembre los inversores no recibieron reembolso alguno, ya que el crecimiento del PIB en 2009 estuvo por debajo de los parámetros base, del 3,5%. En efecto, durante ese año el país austral se situó en un 0,9%, azotado por la crisis financiera internacional.

Sin embargo, las expectativas para los próximos años son positivas también bajo la mirada de algunos fondos estadounidenses. Estos fondos han ofrecido su apoyo a Cristina Fernández, quien este año, como decíamos, quiere negociar la deuda que mantiene con el Club de París. Los expertos internacionales prevén un futuro esperanzados para la deuda de Argentina en 2011.

Este año, el gobierno de Cristina Fernández quiere renegociar con los países acreedores que forman parte del llamado Club de París los 7.000 millones de dólares (XXX) que les debe desde que en el año 2001 el país tuviera que declararse en suspensión de pagos. En este sentido, el ministro de Economía del país latinoamericano, Amado Boudou, se reunió durante la segunda semana de diciembre con los responsables de dicho club internacional para estudiar la forma, el plazo y la cantidad a la que Argentina debe hacer frente.

En relación a estas negociaciones, algunos fondos estadounidenses, como Gramercy y Numura Securities, han apostado porque el saldo de las deudas de Argentina con sus acreedores dispare la rentabilidad de sus bonos del Estado. Es más, dichos fondos han puesto de manifiesto que durante 2010 los bonos denominados en dólares de Argentina se dispararon un 35,8%, y de esta manera han mostrado un comportamiento mucho mejor que el de resto de títulos de deuda de los países emergentes. La causa de dicho comportamiento han sido las iniciativas de Cristina Fernández de aprovechar las reservas del Banco Central para cumplir las obligaciones que tenía con sus acreedores y reestructurar su deuda en situación de impago.

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