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La crisis obliga a Raúl Castro a tomar medidas desesperadas

Juegos de Poder

En la última sesión ordinaria de 2009 de la Asamblea Nacional del Poder Popular, el presidente cubano, Raúl Castro, ha advertido a la población sobre la gravedad de la crisis económica que atraviesa Cuba y la necesidad de tomar medidas extraordinarias al respecto. Además ha optado por cubrir los puestos que habían quedado vacantes en el Consejo de Estado del país como consecuencia de destituciones y fallecimientos. En la última sesión ordinaria de 2009 de la Asamblea Nacional del Poder Popular, el presidente cubano, Raúl Castro, ha advertido a la población sobre la gravedad de la crisis económica que atraviesa Cuba y la necesidad de tomar medidas extraordinarias al respecto. Además ha optado por cubrir los puestos que habían quedado vacantes en el Consejo de Estado del país como consecuencia de destituciones y fallecimientos.

Y se ha cumplido lo previsible, el mandatario cubano ha nombrado vicepresidente del organismo que ocupa la máxima jerarquía del poder al comandante de la Revolución Ramiro Valdés. Un ascenso que le confirma como hombre fuerte del régimen cubano.

En Radio Bemba, los comentarios no han dejado de sucederse tras el nombramiento. Los rumores callejeros apuntan a que esta designación del que fuera ministro del Interior con Fidel Castro, se ha producido para que todos los cubanos sepan que las cosas en el régimen no han cambiado y que cualquier intento de protesta callejera va a ser reprimido con dureza.

O, al menos este es el mensaje que trasmite al exterior una telaraña de blogs, surgidos al amparo de la popularidad de Yoanni Sánchez que, sin embargo, son muy poco populares en la Isla. Entre otros motivos, porque los ciudadanos apenas tienen la posibilidad de acceder a ellos.

Por ahora, las únicas muestras de ‘protesta callejera’ que hasta el momento están permitidas, e incluso bien vistas por el régimen, son los conciertos. Una circunstancia que ha vuelto a repetirse en estos días con la asistencia masiva de habaneros a la actuación gratuita de Kool and the Gang, un grupo estadounidense de funky, que vivió sus días de gloria en la década de los setenta, y que ha realizado el bolo con todos los permisos necesarios en regla y el beneplácito de Washington.

Aunque, el concierto que abrió fuego y tendió los primeros puentes fue el que organizó el colombiano Juanes en la Plaza de la Revolución de La Habana. El evento congregó a un millón de cubanos, y demostró, según fuentes habaneras, que cualquier acto en la capital cubana que se celebre un domingo a media tarde puede mover a cientos de miles de personas.

Sin embargo, ‘Radio Bemba’ destacó una serie de singularidades, como que este éxito de afluencia se produjo, además de sin el «patrocinio» de las autoridades, con muy poca presencia de fuerzas de seguridad.

La ausencia de alborotos o consignas de carácter político también sorprendieron. Pero sobre todo el hecho de que fuera la primera vez en la historia de la revolución en la que se ha producido una gran movilización popular no promovida por la nomenclatura cubana.

Sí ha habido conflictos en otros frentes. Aunque no se ha producido la presencia directa de las Fuerzas de Orden Público. Los conatos de violencia, crecientes, por cierto llegan promovidos poco grupos de ciudadanos descontrolados que se definen como patriotas y hostigan cualquier intento de manifestación que pretenda soliviantar al régimen. Como las protagonizadas últimamente por los blogeros o la marcha pacífica que las Damas de Blanco, esposas de los disidentes que aún permanecen en las cárceles protagonizaron el Día de los Derechos Humanos.

La versión oficial sobre estos disturbios habla de manifestaciones espontáneas de apoyo a la revolución. De modo que quizá no haga falta la intervención de Valdés para consolidar el orden público, a pesar de lo que indican los escritores de Internet más leídos en el exterior. Aunque, lo cierto es que Ramiro si tiene una larga experiencia en estas cuestiones.

Este alto cargo militar ocupó un lugar de gran relevancia en los primeros compases de la Revolución. Fue ministro del Interior en dos periodos que empezaron en 1961 y 1979, respectivamente, y tambien desempeñó las funciones de Viceministro Primero de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, FAR; Ayudante del Comandante en Jefe en la organización del trabajo de dirección del gobierno y otras responsabilidades en diferentes ministerios.

Ahora, ya con 76 años, Ramiro Valdés lleva un tiempo ocupado en otros asuntos. Es miembro del Buró Político y, desde 1996, ocupa la presidencia del Grupo Industrial para la Electrónica que compatibiliza desde 2006 con el cargo de ministro de la Informática y las Comunicaciones y, desde este mismo año 2009, con la vicepresidencia del Gobierno. Ahora sumará a estos cargos su flamante vicepresidencia del Consejo de Estado en la que sustituirá a otro Comandante de la Revolución. El recientemente fallecido, Juán Almeida Bosque.

Junto a Valdés también ha sido promocionada Gladys Bejerano que sustituye a Carlos Lage, depuesto en marzo de este año junto al entonces ministro de Relaciones Exteriores, Felipe Pérez Roque.

Gladys Bejerano a sus 62 años, dirige desde su creación el pasado 1 de agosto la Contraloría General del Estado, una oficina ideada para combatir la corrupción y velar por el uso correcto de los recursos del Estado. La líder cubana se convierte en la primera mujer que ocupa un puesto de tanta responsabilidad pública en la historia política de la Isla.

Pero estos no han sido los únicos nombramientos realizados por el presidente en esta sesión ordinaria del Parlamento cubano. Raúl ha escogido a otros nuevos miembros titulares del Consejo de Estado para ocupar algunos vacantes menos significativas que las correspondientes a las vicepresidencias. Entre otras la que dejó el antiguo titular de Exteriores, Felipe Pérez Roque, que cayó en la misma operación que Carlos Lage.

El mandatario ha designado para estos puestos a Liudmila Álamo Dueñas, primera secretaria de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC), Isis Angelina Diez Duardo, vicepresidenta del Consejo de la Administración Provincial de las Tunas y Diputada por el municipio de Colombia, Kirenia Díaz Burke, especialista de validación del Instituto Finlay y Diputada de la Lisa, Marino Murillo Jorge, vicepresidente del Consejo de Ministros y ministro de Economía y Planificación y Sergio Rodríguez Morales Diputado de Santo Domingo.

Un amplio grupo de desconocidos, cuya filiación se desconoce. ¿Serán raulistas? Quizá no. Hoy muy pocos políticos cubanos se definen así. Están a favor de la continuidad de la Revolución, en general.

Al menos, según dicen. Hay que estar muy pendiente de la definición política que se atribuyen los altos cargos cubanos. Algunos se presentan ahora como ‘Fidelistas’ marxistas, leninistas y con unos cuantos apellidos más. Según los cubanólogos en este grupo se integran ahora todos los que se preguntan cuánto va a durar todavía el invento que pusieron en marcha hace 50 años los hermanos Castro.

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