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El país centroamericano, afectado por una enorme deuda, ha aprobado una serie de medidas que han sacado a los ciudadanos a la calle

Honduras, al borde del abismo

El Estado de Honduras se encuentra al borde de la quiebra. El Gobierno no tiene dinero para pagar las deudas internas de la administraciones públicas, mientras que la deuda externa alcanza una cifra desorbitada. Para hacer frente a la dificultades financieras, el Ejecutivo de Porfirio Lobo ha tomado esta semana una serie de medias que han enfurecido a los hondureños.

El Estado de Honduras se encuentra al borde de la quiebra. El Gobierno no tiene dinero para pagar las deudas internas de la administraciones públicas, mientras que la deuda externa alcanza una cifra desorbitada. Para hacer frente a la dificultades financieras, el Ejecutivo de Porfirio Lobo ha tomado esta semana una serie de medias que han enfurecido a los hondureños.

Los ciudadanos salieron ayer a la calle llamados por el líder de la oposición, el expresidente Manuel Zelaya, que fue destituido en 2009 tras un golpe militar. Los manifestantes pretendían mostrar su rechazo a las nuevas decisiones del Gobierno: el juicio político que permite destituir a cualquier funcionario público, la suspensión de las exoneraciones fiscales que beneficiaban a las empresas privadas y, sobre todo, la ley de las Regiones Especiales de Desarrollo (RED), las llamadas ‘ciudades modelo’.

Estas ciudades son metrópolis privadas de nueva creación con administración propia y personalidad jurídica que se rigen por normas internas. Con ellas, el presidente de Honduras, Porfirio Lobo, pretende crear un elevado número de puestos de trabajo y captar inversión.

Pero estas localidades con gran autonomía, que pretenden seguir el modelo de Hong Kong, fueron declaradas inconstitucionales el pasado mes de octubre, lo que no ha impedido al Gobierno intentar ponerlas en marcha.

Los hondureños están en contra de la privatización que suponen estas ‘ciudades modelo’. Pero precisamente el sector privado también se muestra descontento con el Ejecutivo debido a las deudas de las administraciones públicas.

Las constructoras ya han dado su ultimátum y le han otorgado 15 a las autoridades para abonar las deudas. De no ser así, paralizarán las obras solicitadas por administraciones públicas a partir del 5 de febrero. Por su parte, según El Nuevo Herald, la empresa de las cámaras de seguridad que vigilan las calles del país, las han pagado y amenazan con hacer lo mismo con la frecuencia de los radios portátiles que usan los policías para comunicarse. Están hartos de las deudas del Gobierno.

El ejército no recibe su salario de forma regular desde septiembre y los maestros se manifiestan día sí, día también reclamando un sueldo que no se les paga desde hace seis meses. Los médicos no se quedan cortos y protestan por la falta de medicinas en los hospitales.

Y es que Honduras es un país al borde de la quiebra, con un grave problema financiero interno y una deuda externa de 5.000 millones adquirida en los últimos años, que equivale al presupuesto general del país.

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