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La crisis aumenta la xenofobia en Grecia

El racismo heleno

Dos años después de recibir su primer rescate financiero internacional –con todas las condiciones que ello implicaba-, Grecia se enfrenta a sus primeras elecciones generales desde que entró en crisis. Ante el declive de los grandes partidos políticos del país surgen nuevas formaciones. Algunas, como Golden Dawn, abiertamente racistas. Dos años después de recibir su primer rescate financiero internacional –con todas las condiciones que ello implicaba-, Grecia se enfrenta a sus primeras elecciones generales desde que entró en crisis. Ante el declive de los grandes partidos políticos del país surgen nuevas formaciones. Algunas, como Golden Dawn, abiertamente racistas.

Según las últimas encuestas, este proyecto político tiene muchas posibilidades de acceder al Parlamento heleno el próximo 6 de mayo, dado que obtendrá más del 3% de los votos requeridos para estar representado en la Cámara. Reconocido oficialmente en 1993, el partido que lidera el matemático Nikolaos Michaloliakos ha dedicado los últimos meses a hacer campaña en las grandes ciudades griegas, a pie de calle, visitando mercados y pequeños comercios.

Su lema principal se resume en el deseo de lograr “una Grecia limpia y segura, sólo para los griegos”. En un país que cuenta con una fuerte presencia de inmigrantes –sobre todo asiáticos y albaneses-, y que además se encuentra sumido en el caos económico y social, con varias huelgas generales al año e imposiciones internacionales constantes a cambio de las ayudas recibidas, no es de extrañar que parte de la población preste atención a este mensaje.

Principalmente porque la inseguridad ha crecido hasta alcanzar tasas alarmantes, y parte de la población helena culpa a los inmigrantes que ya no tienen trabajo (muchos se dedicaban al sector de la construcción, sobre todo los procedentes de Albania) de esta circunstancia.

«La sociedad griega es ahora mismo un laboratorio que experimenta una evolución hacia la extrema derecha», ha explicado al rotativo The New York Times el profesor de Ciencias Políticas de la Universidad de Atenas Nicos Demertzis. «Estamos atravesando una crisis financiera sin precedentes; somos una sociedad fragmentada que sufre una corrupción generalizada en todas las escalas de la administración», añade, a modo de explicación, el profesor Demertzis.

Sin embargo, el discurso racista no se reduce a los militantes y simpatizantes de Golden Dawn u otras formaciones políticas abiertamente nacionalistas como LAOS –que ya cuenta con representación parlamentaria-. El clima reinante en la sociedad helena ha llevado a los conservadores de Nueva Democracia (según las últimas encuestas, cuentan con un 19% de la intención de voto) y a los socialdemócratas del PASOK (que cuentan con una intención de voto del 14,5%) a lanzar guiños contra la inmigración.

Por ejemplo, el ministro de Orden Público, que es el socialista Michalis Chrisochoidis, anunció hace unas semanas la creación de centros de detención para perseguir a los inmigrantes ilegales que se encuentren en Grecia. Desde Golden Dawn van, no obstante, bastante más allá: «Todos los inmigrantes ilegales deben ser deportados inmediatamente» y Grecia debería establecer campos de minas a lo largo de su frontera con Turquía, «no para matar a los inmigrantes pero sí para disuadirlos de entrar en el país», afirma Ilias Kasidiaris, otro responsable de esta formación política.

Casualmente, el 6 de mayo también tendrá lugar la segunda vuelta de las elecciones generales francesas. En el país galo se enfrentan por el poder los conservadores que lidera el actual presidente, Nicolas Sarkozy, y los socialistas, cuyo candidato es el favorito en las encuestas: François Hollande.

Aunque Sarkozy ha logrado recortar su distancia con Hollande en las últimas semanas, y sobre todo a raíz del atentado terrorista llevado a cabo por un radical islamista en la sureña ciudad de Toulouse, el candidato socialista se mantiene líder en los estudios y todo parece indicar que se alzará con el triunfo frente al discurso nacionalista de Sarkozy. Hollande, por su parte, ha optado por atacar a los mercados financieros, considerando que se encuentran actualmente desbocados, y ello parece haberle garantizado las simpatías de buena parte de la población francesa.

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