El país sudamericano vive estos días dramáticamente dividido en torno a los resultados de la Consulta Popular impulsada por su presidente Rafael Correa y, que según sus opositores, busca reforzar su poder y popularidad. El lento recuento de los votos emitidos la semana pasada ha provocado que los ecuatorianos contengan la respiración: si en principio la distancia entre el “Sí” y el “No” parecía muy reducida, el Consejo Nacional Electoral (CNE) ha informado de que el voto favorable avanza posiciones. El país sudamericano vive estos días dramáticamente dividido en torno a los resultados de la Consulta Popular impulsada por su presidente Rafael Correa y, que según sus opositores, busca reforzar su poder y popularidad. El lento recuento de los votos emitidos la semana pasada ha provocado que los ecuatorianos contengan la respiración: si en principio la distancia entre el “Sí” y el “No” parecía muy reducida, el Consejo Nacional Electoral (CNE) ha informado de que el voto favorable avanza posiciones.
Con el escrutinio con el escrutinio del 74,57 por ciento de las 29.688 juntas de votación completado hasta el momento, el CNE ha indicado que el “Sí” ha avanzado posiciones y en este momento supera al “No” en todas las preguntas, incluyendo las más vitales para el gobierno, las de la reforma de la comunicación y del sistema judicial.
En las dos triunfa el “Sí” por un estrecho margen, apenas del 2%, pero, según los analistas, tras el recuento de los votos y urnas restantes, que se prevé completado tras este fin de semana, parece relativamente seguro que la tendencia se mantendrá y que Correa podrá cantar victoria.
En la semana previa a llevarse a cabo la Consulta Popular, los medios de comunicación internacionales presentaban la misma como una prueba de confianza de los ciudadanos ecuatorianos hacia su presidente, Rafael Correa. Pues bien, si la interpretación es correcta, los resultados escrutados hasta ahora dicen que Ecuador vive una división casi milimétrica a dos bandas entre quienes le apoyan y quienes rechazan su gestión.
Sin embargo, si la interpretación fuese otra, si se considerase la idea de que los ciudadanos ecuatorianos han acudido a las urnas con una clara conciencia de lo que necesita su país y sin prejuicios partidistas, el resultado para Correa seguiría siendo el mismo. Su idea de lo que necesita Ecuador no concuerda con lo que opinan más de la mitad de sus conciudadanos.
Habrá que esperar para saber cuales son los resultados finales. Si continua el ritmo de recuento de sufragios, no se conocerán hasta principios de la próxima semana, algo que muchos consideran un exceso para un país que pretenda llamarse moderno. Pero hay algo claro. El retraso provoca una enconada disputa entre partidarios y contrarios al Gobierno de Correa, que copan medios de discusión como Twitter. El resultado de la disputa; una mayor división entre las partes.
Mientras tanto, lo cierto es que Correa ya se ha proclamado vencedor de la consulta, con el objetivo de mantener los ánimos y reforzar la confianza de sus partidarios. El avance del “Sí” en los recuentos de votos le permite afrontar el futuro inmediato con más optimismo, mientras Ecuador espera expectante el desenlace del culebrón electoral.