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La oposición desconfía de que el candidato de Chinchilla haya tirado la toalla en las elecciones de Costa Rica

Dudas sobre las presidenciales

La decisión del candidato del oficialista Partido Liberación Nacional, Johnny Araya de no competir en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales del 6 de abril en Costa Rica, ha dejado el camino libre a su contendiente Luis Guillermo Solís, aunque él prefiere no dar la batalla por ganada. La decisión del candidato del oficialista Partido Liberación Nacional, Johnny Araya de no competir en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales del 6 de abril en Costa Rica, ha dejado el camino libre a su contendiente Luis Guillermo Solís, aunque él prefiere no dar la batalla por ganada.

De esta manera, el candidato del Partido Acción Ciudadana (PAC) prefiere que no se le conozca como ‘presidente electo, virtual presidente o casi presidente’. Según él, aún sigue siendo el candidato presidencial y pedirá votos con más fuerza, “la campaña electoral no ha terminado”.

La reacción de Solís es cauta ante la marcha de su contrincante, puesto que a pesar de que el oficialismo parece haber abandonado la batalla, la papeleta electoral aún tendrá el nombre de ambos presidenciales, aunque lo que realmente le preocupa es la abstención.

Ya en febrero, la abstención fue del 31,8% a pesar de que se desarrolló una campaña bastante reñida entre los 13 candidatos. Solís fue el ganador, pero con solo el 31% de los votos válidos (sin blancos ni nulos), lo que equivale solamente a uno de cada cinco ciudadanos costarricense.

Una baja afluencia en las urnas, como ha comentado el diario español El país, sería un grillete para el Ejecutivo que pretende impulsar Solís, cuyo plan de gobierno se centra en el combate a la corrupción, acabar con la pobreza extrema (7% de la población) y la reducción de la desigualdad social.

Para Solís, la salida de Araya no es solo una falta de respeto hacia un país que exalta su tradición democrática en las urnas, sino que es también una “estratagema”, como una “jugarreta” para falsearle el triunfo, en apariencia, inevitable. Se basa en ello en la propuesta de recorrer el país para agradecer el apoyo a los ciudadanos.

El candidato por el PAC está convencido de que Araya será líder en la oposición, a pesar de las innegables luchas internas que le han complicado manejar la campaña del partido más grande del país.

En cualquier caso, de momento, el Tribunal Supremo de Elecciones (TSE) ha manifestado que mantendrá su campaña de llamado al voto y todos los preparativos para los comicios.

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