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Brasil, dispuesto a todo para depreciar el real

Dilma Rousseff contra el dólar

En su primer año completo como presidenta de Brasil a Dilma Rousseff le ha fallado la economía. El decepcionante crecimiento conseguido por el país, apenas un 2,7%, la debilidad de la industria y el aumento espectacular de las importaciones dibujan un panorama sombrío que habría que despejar lo más pronto posible. La clave vuelve a ser frenar la revalorización del real frente al dólar. En su primer año completo como presidenta de Brasil a Dilma Rousseff le ha fallado la economía. El decepcionante crecimiento conseguido por el país, apenas un 2,7%, la debilidad de la industria y el aumento espectacular de las importaciones dibujan un panorama sombrío que habría que despejar lo más pronto posible. La clave vuelve a ser frenar la revalorización del real frente al dólar.

Las últimas noticias indican que el Gobierno brasileño estudia ahora la posibilidad de recomprar deuda externa para hacer caer su moneda frente al billete verde estadounidense y disuadir a los especuladores que aprovechan el corredor y la rápida circulación de los cruces entre ambas divisas para hacer caja.

Ese programa podría aprobarse rápidamente o demorarse aún unas semanas, a la espera de ver como funcionan los tratamientos que se han aplicado. El primero en actuar ha sido el Banco Central de Brasil. El Banco Central de Brasil ha decidido rebajar la tasa rectora del real hasta el 9,75%, frente al 10,5% anterior, lo que supone el cuarto recorte consecutivo de los tipos de interés y supera las expectativas del mercado, que apostaba por una rebaja de medio punto.

La decisión del Consejo de Política Monetaria (Copom), que representa el recorte de mayor calado de los tipos desde junio de 2009 y devuelve la tasa a su nivel más bajo desde 2010, se produce unos días después de conocerse que la economía brasileña creció un 2,7% en 2011, frente al 7,5% del año anterior, aunque esta expansión fue suficiente para que Brasil haya desbancado a Reino Unido como sexta economía mundial.

El instituto emisor brasileño precisó que la decisión de recortar los tipos en tres cuartos de punto fue respaldada por cinco de los miembros del Copom, mientras los otros dos abogaron por una rebaja de sólo medio punto.

Como decíamos al principio de este artículo, el milagro económico brasileño empieza a mostrar cierta debilidad, sobre todo por la parte más débil, la declinante industria. Para remediarlo, la presidenta del país Dilma Rousseff se plantea aumentar el proteccionismo y recurrir a las subvenciones fiscales. Pero quizá no sea suficiente.

Brasil se mueve en una burbuja crediticia considerable y las importaciones aumentan a un ritmo inusitado. Hasta el punto de que por primera vez en la historia hay serias amenazas de que la balanza comercial con Argentina resulte deficitaría.

Más aún, en su primer año completo al frente del país, la mandataria ha tenido que conformarse con una cifra de crecimiento muy discreta, sólo un 2,7%. Por debajo de la media de Latinoamérica, un 4% y muy lejos del 7,5% de 2010. Y aún así, sólo ha sido posible gracias al vigor del consumo y la agricultura. La industria en cambio se contrae.

En el último trimestre del año pasado, en el que las cifras globales se anotaron una cierta recuperación, la industria retrocedió otro 0,5%. Sin su repunte, resulta inimaginable que el Gobierno de Rousseff pueda conseguir que se cumpla su objetivo de conseguir un crecimiento económico de, al menos, el 4% en 2012.

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